
Ana Frank: La Niña Que Soñó Con Ser Escritora
Recordar a Ana Frank es una de las mejores formas de mantener viva la memoria de las víctimas del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Annelies Marie Frank (1929-1945) era el nombre completo de la joven alemana con ascendencia judia que comenzó a escribir en la clandestinidad un diario mientras su familia era perseguida por los nazis.
Su padre, el empresario alemán Otto Frank le regaló un diario a Ana el 12 de junio de 1942 al cumplir 13 años de edad. Cuenta la anécdota que pocos días antes de su cumpleaños, Ana y su familia pasaron por una librería y ella se emocionó al ver en la estantería ese cuaderno a cuadros. Días después, consciente de lo importante que sería para su hija, Otto Frank se lo entregó como obsequio. Después de la muerte de Ana en 1945, el diario quedaría como el más fiel recuerdo de los sentimientos de una joven mujer que quizá nunca llegó a conocer bien:
“No conocí a mi hija hasta que leí su diario. Conocí a Ana como una niña divertida y feliz y
no tenía idea de los pensamientos profundos que escribió. fue una revelación para mí”.
– Otto Frank, padre de ana
Mientras Ana vivía escondida junto con su familia en un antiguo almacén al que ella denominaba “La casa de atrás”, Ana escribió sobre su miedo a vivir escondidas, sus fervientes sentimientos por Peter (el hijo de otra familia que vivía con ellos), los conflictos con sus padres y sus ganas de ser escritora y periodista.
Dos años después, en agosto de 1944, la escritura en el diario se detiene abruptamente. El 4 de agosto de ese año, la familia Frank junto con las otras cuatro personas que se escondían en el anexo del edificio en Amsterdam, fueron arrestados y llevados a diferentes campos de exterminio luego de una denuncia anónima dada a la policía.
Ana y su hermana mayor Margot fueron enviadas el 2 de septiembre a uno de los campos de concentración más populares por la gran cantidad de muertes que hubo en él: Auschwitz. Meses después, fueron trasladadas al campo de exterminio en Bergen-Belsen, donde murió de tifus el 12 de marzo de 1945, pocos días antes de que éste fuera liberado.
Publicación del diario
El único sobreviviente de la familia Frank, fue Otto, el padre de Ana. Una vez finalizada la guerra, regresó al antiguo escondite donde pasó los últimos años con su esposa y sus hijas. Miep Gies, una de las mujeres que ayudaron a Otto y a su familia a esconderse en “La casa de atrás”, cuidó el diario de Ana y otros escritos con la esperanza de dárselos cuando se volvieran a ver. Tras la muerte de la joven, Gies le entregó los textos a Otto, mismo que lo ordenaría y publicaría en 1947.

Otto Frank en uno de los espacios del anexo donde vivió con su familia clandestinamente antes de ser entregados.
La Casa de Atrás. Con ese nombre fue publicado en holandés. La misma Ana escribió en las páginas de su diario que quería que su primer libro se llamara así. Sin embargo, hoy en día en español todos lo conocemos bajo el nombre de El diario de Ana Frank. La escritura fue para Ana el mundo que no podía pisar, el aire fresco que no podía respirar y las caminatas y pláticas pendientes con sus amigas del colegio a las que, de un día a otro dejó de ver. Su diario fue su confidente, y su pluma, la voz que muy joven silenciaron.
Recordemos y honremos a los millones de hombres y mujeres que sufrieron una crueldad indescriptible bajo la Alemania nazi. ¡Te presentamos algunas frases llenas de coraje, valentía y esperanza de aquel diario que acompañó a Ana Frank y que ahora, 75 años después de su muerte, nos siguen inspirando!
***
1.
“Es difícil en tiempos como estos pensar en ideales, sueños y esperanzas, sólo para ser aplastados por la cruda realidad.
Es un milagro que no abandone del todo mis ideales. Sin embargo, me aferro a ellos porque sigo creyendo, a pesar de todo,
que la gente es buena de verdad en el fondo de su corazón”.
2.
“No se nos permite tener nuestra propia opinión. La gente quiere que mantengamos la boca cerrada,
pero eso no te impide tener tu propia opinión. Todo el mundo debe poder decir lo que piensa”.
3.
“Me he dado cuenta que siempre hay un poco de belleza: en la naturaleza, en el sol, la libertad,
en nosotros mismos; y todo esto puede ayudarme“.
4.
“¡Las mujeres deben ser respetadas! En términos generales, los hombres son tenidos en gran estima en todas partes del mundo, así que
¿por qué no pueden las mujeres tener su parte? A los soldados y a los héroes de la guerra se les honra y conmemora, a los exploradores se les otorga fama inmortal,
los mártires son venerados, pero ¿cuántas personas ven a las mujeres también como soldados?”.
5.
“No pienso en la miseria sino en la belleza que aún permanece“,
6.
“De todos modos, he aprendido una cosa ahora. Sólo se puede realmente llegar a conocer a las personas cuando se ha tenido una buena pelea con ellas.
Entonces, y sólo entonces, se puede juzgar su verdadero carácter“.
7.
“Yo sé lo que quiero. Tengo un objetivo, una opinión, tengo una religión y amor.
Déjame ser yo misma. Con eso me basta y me sobra”.
8.
“Mientras puedas mirar al cielo sin temor, sabrás que eres puro por dentro y que pase lo que pase volverás a ser feliz”.
9.
“No quiero haber vivido en vano como la mayoría de la gente. Quiero ser útil o traer el disfrute de toda la gente, incluso a aquellos que nunca he conocido.
Quiero seguir viviendo, ¡incluso después de mi muerte!“.
10.
“Tengo la sensación de ser un pájaro enjaulado al que le han arrancado las alas violentamente,
y en la más absoluta penumbra, choca contra los barrotes de su estrecha jaula al querer volar“.
11.
“Quiero escribir, pero más que eso, quiero llevar a cabo todo tipo de cosas que yacen enterrados profundamente en mi corazón“.
12.
“He llegado al punto en el que casi no me importa si vivo o muero.
El mundo seguirá girando sin mí, no puedo hacer nada para cambiar los acontecimientos de todos modos“.
Enviar un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.