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Qué Leer Y Cómo Leer Con Los Jóvenes

Que nuestros hijos sean lectores o no, sí puede depender de nosotros.

Cada uno tiene su propia personalidad. De una familia en la que nadie lee puede un niño aisladamente buscar y gustar de los libros, pero esto es más bien la excepción: no se guía con palabras, sino con acciones.

Así que lo primero sería revisar como adultos cómo están nuestros hábitos de lectura o nuestra relación con los libros: por qué leemos, cuándo lo hacemos y también la realidad cuándo no lo hacemos. ¡Vaya, no a todo mundo le gusta leer, pero no por eso habría que quitarle la posibilidad del viaje que significa leer a nuestros hijos!

También existe el otro caso, donde la mamá lee todo el día y el papá que llega y lee después del trabajo, ya sea el periódico o su libro. Esto está bien, pero también nos desvincula de nuestros hijos y pueden terminar odiando el hábito de la lectura porque les recuerda a una mamá o a un papá ausentes. Nunca un libro debe sustituirnos a nosotros. Encontrar el equilibrio –el difícil equilibrio– es lo mejor.

Entonces vamos a ver cómo hacer ciertas costumbres y dinámicas para  que la lectura sea realmente una experiencia en la familia. Ahí les va:

Con los niños pequeños, los que no leen o apenas están aprendiendo las letras

 

 

Haz de la lectura un momento especial: no lo hagas a fuerza, ni cansado o cansada. Somos energía y esto lo perciben los chavos: si no lo disfrutas, ellos tarde o temprano tampoco lo harán.

No leas necesariamente en la noche: revisa tu propio biorritmo. Si ya estás muy cansad@ para la rutina de la noche, no es buena idea leerles. Además se hace una relación entre el sueño y los libros, es decir, los libros son para arrullar y por eso luego tenemos adultos que leen una página y se quedan dormidos.

¿Cuándo y qué si leer por la noche?

  • Como parte de una rutina familiar (cena, dientes, baño, cama, libro). Siempre y cuando tú también disfrutes este momento. Y repito: que no haya mucho cansancio. De preferencia, no leas hasta que el niñ@ se quede dormido, sino pongan tiempos o límites. Ejemplo: “un libro y a dormir”, “un capítulo y a dormir” y que ellos encuentren el sueño solos, no a través de los libros.
  • Busca un momento especial para la lectura que no sea solamente nocturna.
  • Que forme parte de una una rutina diaria: elige bien qué horario te queda, pero cumple con los niños y hazlo una rutina agradable, esto se volverá hábito. Que siga siendo un momento ameno, amoroso, algo único. Si ya estás muert@ del cansancio y va a ser a gritos y sombrerazos, mejor olvídalo, porque lo que estamos tratando de hacer es una relación entre lo que es leer y lo que significa leer, que a esta edad se traduce en : “es un tiempo con mi mamá o con mi papá, donde toda su atención es para mí a través de una historia que nos une”.
    Eso es lo que se debe de buscar o perseguir en un principio con los niños. Sembrar un recuerdo hermoso asociado con este hábito. Porque cuando ellos lo hagan ya por sí mismos, sabrán que ese momento es entre su libro y ellos, hay un tiempo especial, un momento agradable; se transforma también en el tiempo que se dan ellos a ellos mismos (una fuga sana, una pausa al exterior, un momento íntimo). Por eso es importante leer.

¿Qué tipo de libros leerles a esta edad?

  • No compres libros juguete: o es juguete o es libro.
  • Libros con ilustraciones grandes y textos cortos, generalmente algo “musicalizados” o con estribillos (frases que se repiten una y otra vez).
    Las ilustraciones a esta edad son muy importantes, complementan a los niños y su imaginación: los mantienen atentos. Generalmente el escritor de cuentos para niños trabaja con un mismo ilustrador, son mancuerna y esto hace también que los niños los asocien. (Ojo, siempre hay que leerles el nombre del autor y del ilustrador. Existe alguien atrás de esta historia que tú disfrutas, que trabajó para lograr un libro.)
  • Libros que tengan que ver con ellos, historia de ellos y que apapachen también su corazón.
  • Si son niños más pequeños, casi bebés: escoger libros con texturas, donde puedan pasar sus dedos y puedan identificar al personaje o circunstancia: el arcoíris, la lluvia, un elefante. Estimular su lenguaje y el tacto es vital a estas edades. No es literatura, es estimulación temprana, pero es un acercamiento.

Con los niños más grandes, desde los 8-9 hasta los 12; que ya comienzan a leer, que tienen que perfeccionar su lectura, que ya piden y pueden con historias más complejas

Esta edad es vital para formar a un lector y un vínculo, tanto con la lectura, como con la persona con quien lee.

Una cosa es la tarea y otra el placer de la lectura y tu tiempo a ellos. Sepáralos, es vital.

Comparte tus lecturas con ellos:

  • Cuéntales de tu libro y tus lecturas, si se puede. Por ejemplo: “No saben lo que pasó en mi libro ayer….”. Así los haces parte, no odian que estés pegado a tu libro, sino que quieren que sigas para que les cuentes que está pasando, y ellos querrán eso para cuando crezcan.
  • Comparte sus lecturas: lean juntos. Busca historias que a ellos les gusten, pero que tú también disfrutes, en las que que ambos estén picados. Esto suele suceder cuando están bien escritos.

¿Cuándo y cómo leer?

  • Una excelente opción es crear un momento especial de lectura, que no sea en la noche: la hora del té y los libros. Después de comer, antes de salir corriendo a las clases de la tarde, darse media hora o cuarenta minutos, donde cada quien se turne para escoger el sabor del té que van a tomar y el libro que toca leer. Si son varios hijos y varios libros, escogen uno por día.
  • Turnen la lectura: una hoja cada quien los hace estar atentos, no se vuelve una pesadilla si apenas lee uno de los hermanos; pon emoción cuando lees. Esto c​rea una memoria de unión muy linda en la que el centro es un libro.
  • Volver a leer en la noche, dependiendo las edades, se recomienda leer algo corto: fábulas, por ejemplo, o si están leyendo un libro más largo. Sólo un capítulo para dejarlos picados, cuando ya están más grandes, es la clave. Si aun así insisten y quieren leer más, que ellos lo hagan solos, pero con la condición de que te cuentan qué leyeron el día anterior (les das la independencia y siguen compartiendo). A cierta hora, se apaga la luz –se vuelve una travesura leer, los pica.

¿Qué tipo de libros leerles a esta edad?

Lo mejor es confiar en los expertos, las editoriales pasan horas y días seleccionando qué lectura es para cada edad. Confía en ellos y sigue sus guías.

Hay autores que para mí son una garantía: Francisco Hinojosa, Lupita Alemán. Ésta última con sus libros con temática, como: El árbol de las preguntas, sobre adopción. Tamar Cohen, Tamy para mí, es la voz más fresca, infantil y juvenil de México, tiene un libro que es una joya que se llama: 5 maneras de deshacerme de mi hermanito o su novela Un año terrible –su humor es espectacular para abordar temas duros, difíciles. En esta edad llegará el momento de confiar en los niños que de pronto querrán leer por “moda” lo que sus otros amigos están leyendo.

Con los pre-adolescentes y adolescentes

Si ya leen, pues ya la hicimos y solamente nos toca revisar qué leen y por qué: que te cuenten de su libro. ¿Qué es lo que está pasando? Así como les preguntas: ¿cómo te fue en la escuela? Y la respuesta es siempre la misma: “bien, normal”, con los libros es: ¿qué pasó con tal o cual personaje?, ¿en qué vas? Esto los hace sentir que te importa lo mismo que a ellos.

Pero si no han adquirido el hábito, ahí les va una sugerencia contra toda corriente “culta” literaria, pero que funciona: ​las películas son para los pre-adolescentes y adolescentes como las ilustraciones infantiles para los niños pequeños, una forma de que tomen un libro y se enganchen es conociendo la historia primero:

  • Se las puedes platicar a tu manera, de una forma atractiva y resumida.
  • Pueden ver la película del libro y después leer la historia. ¿Por qué? Los hace anticiparse a lo que va a pasar y ayuda a los bajos niveles de tolerancia que hay en esta edad; para ellos es muy, muy importante, saber que saben cosas. Con esta dinámica aprenden que un libro siempre será mejor que una película y la van comparando, y eso lo adquieren solos, sin que se lo digas.
  • Ejemplos de películas que brinquen a los libros: Tolkien y todo El Señor de los Anillos, La ladrona de libros, Harry Potter, Narnia, entre otros.
  • Aunque parezca mentira, seguir leyendo con los pre-adolescentes es fundamental, como cuando eran más pequeños.

¿Por qué? ¿Qué leer con ellos?

  • Por crear un vínculo, de nuevo, por compartir​
  • Por leer libros que parecerían subidos de tono en el tema, ya que si lo hacen contigo hay complicidad y capacidad de compartir. Por ejemplo:​ PI​, El curioso incidente del perro a media noche, El niño de la camisa de rayas​, Una botella en el mar de Gaza, que habla de la guerra entre judíos y palestinos y la amistad que surge entre dos adolescentes a través de un chat.

​Qué busca un adolescente en un libro, por qué la lectura competiría con WhatsApp o las redes sociales, por qué de pronto surgen éxitos como Harry Potter o la zaga de Crepúsculo y ves a todos leyendo:

  • La literatura juvenil desaparece a los papás: por una puerta mágica o por la muerte de uno de ellos. Porque están de campamento o internados. Pero la realidad de estos libros es que los padres no están y eso es básico en la adolescencia. Lo que ellos comienzan a vivir sin los padres los forma, los crea, así sean problemas.

Por lo tanto, estos libros se centran en problemas y temas de ellos: pertenencia, sexualidad, trascendencia, amor, amistad.

  • Es una fuga saludable de lo difícil que es ser adolescente.
  • El humor es importante, pero más el drama. ¡Son adolescentes!

El ideal está colocado –aunque no lo acepten– en su corazón, por eso funciona Crepúsculo o Bajo la misma estrella (es de nuevo el amor real y profundo, aunque con drama y “romanticismo”).

No nos asuste si leen “mala literatura”, pensemos en “literatura fácil” que no les exija demasiado. Ya leerán los clásicos o lo “bien escrito” desde nuestra perspectiva. Al principio: que lean y punto. Tratemos de sugerirles qué leer, pero recordemos que son adolescentes, así que no nos harán caso y buscarán su gusto.

Los libros finalmente son un aventura, para chicos, medianos y grandes. Una ventana a nuevos mundos. Y es que después de leer un libro uno no vuelve a ser el mismo.

¿Quieres algunas otras recomendaciones de libros para leer con los pequeños y con adolescentes? Visita nuestro artículo sobre los 10 mejores libros para leer con ellos.

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