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El Retrato De Dorian Gray: La Respuesta De Wilde Ante La Crítica

Genio excéntrico

Oscar Wilde es uno de los autores más reconocidos en la literatura de la época victoriana en Inglaterra y, en realidad, en toda la historia a nivel global. Nació el 16 de octubre de 1854, en Dublín, y desde joven mostró interés y una gran habilidad por la literatura. Recibió varios premios en literatura griega y latina, ganó concursos de poesía importantes y recibió becas para las universidades de Dublín y Oxford. Comenzó su labor como escritor en la poesía; pero posteriormente comenzó a inclinarse más hacia el ensayo, la dramaturgia y la narrativa, admitiendo él mismo que “había en [sus versos] más rima que razonamiento”. Pronto adquirió reconocimiento, no solo por sus obras extraordinarias, sino que también por su personalidad excéntrica y su ingenio como conversador.

Labouchère: el hombre que condenó a Oscar Wilde

Oscar Wilde. Fuente: La Vanguardia

El origen de su escandalosa novela

En 1890, Oscar Wilde escribe su primera y única novela, El retrato de Dorian Gray. El autor Hesketh Pearson, en su libro Life of Oscar Wilde, cuenta que la inspiración para que Wilde escribiera esta obra surgió en 1884, cuando él solía visitar a un amigo suyo que era pintor. Uno de los modelos en su estudio era un joven que resaltaba por su belleza. Después de que se fuera, Wilde expresó: “Qué lástima que una criatura de hermosura tan extraordinaria llegue a envejecer”. A lo que su amigo estuvo de acuerdo y comentó que “sería maravilloso si él permaneciese exactamente como está ahora, y fuese el retrato el que envejeciera y se marchitase”.

Ilustración de Dorian Gray. Fuente: Pinterest

Con esta idea en mente, Oscar Wilde escribió su libro, el cual publicó en el Lippin-cott’s Magazine. La novela inmediatamente fue objeto de crítica severa, tachada de inmoral y condenada por la prensa británica debido a sus temas de corrupción y búsqueda desmesurada del placer. Wilde no conocía límites en su constante inconformidad y transgresión hacia el orden establecido en su época.

En 1891 vuelve a publicar su novela, esta vez como un tomo de libro completo, a diferencia de su publicación en la revista, la cual se realizó periódicamente por capítulos. El autor realizó algunos cambios a esta nueva edición, incluyendo la adición de un prefacio que se presenta como una guía inicial para la lectura de su novela y como una respuesta a la crítica negativa que recibió inicialmente. En este interesante prefacio, Wilde presenta varias ideas acerca del arte y la estética, cayendo a veces en paradojas curiosas. Una de las ideas más notables de este prefacio es respecto a la moralidad de la obra:

“No existen libros morales o inmorales. Los libros estánbien escritos o mal escritos. Eso es todo.”

Puede parecer sorprendente que Wilde hiciera esta aseveración, dado que El retrato de Dorian Gray podría leerse como una historia moralizante a primera vista. Muestra a un personaje en inicio común, quien, tentado por un tipo de “maldad” alimentada por un egocentrismo extremo, es llevado a cambiar su alma por la belleza eterna. No solo busca esta belleza, sino que consigue, de esta manera, alimentar sus pasiones y vivir una vida llena de placeres desmesurados sin recibir consecuencia alguna. Pero pronto se ve corrompido por la atrocidad del acto cometido y comienza a sentir culpa, por lo que busca revertir su error y destruir el retrato. Al final, su intento por remediar su situación es fútil y ésta se castiga con su muerte.

Sin embargo, y quizá paradójicamente, también es fácil comprender por qué el autor negaría la moralidad de un texto como punto para ser juzgado. Esto se debe a que Oscar Wilde sostenía una teoría estética del arte, es decir, la idea del arte por el arte.

 “Descubrir el arte, ocultando al artista, es la finalidad del arte”

El arte existe porque es bello y no porque busque enseñar algo. Por la misma razón, el arte no debe ser juzgado fuera de sí mismo; es decir, no es adecuado hacer una crítica a una obra de arte desde un punto de vista moral, sino desde un punto de vista artístico y nada más. El arte solo puede ser buen arte o mal arte, no puede ser moral.

Wilde también presenta en su prefacio una idea acerca de la dualidad de una obra de arte:

“Todo arte es, simultáneamente, superficie y símbolo. Los que bucean bajo la superficie, lo hacen por su cuenta y riesgo. Los que descifran el símbolo, lo hacen por su cuenta y riesgo.”

En este fragmento, Wilde advierte al lector de los riesgos de separar la superficie del arte de su significado. Lo que propone, entonces, es una totalidad inseparable de la obra, lo cual nos regresa a la idea esteticista del arte por el arte. Es el rechazo de una moralidad interna del arte separada de su superficie bella.

Esto resulta interesante, pues podría argumentarse un paralelismo entre esta idea de unidad y propia la historia de Dorian Gray. Propone una fragmentación del ser humano en dos partes: una bella y “buena”, y la otra como un doble antitético de ésta. Este tema aplicado en la literatura se había visto anteriormente en obras como El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, Drácula; y William Wilson, de Edgar Allan Poe.

Dorian Gray se divide a sí mismo en dos, una parte es bella y pura y la otra es desagradable y corrupta. La resolución del conflicto ocurre cuando el personaje se da cuenta de que no es posible que esta separación se consume. A pesar de la existencia de su retrato, el cual tiene como objetivo mantener la distancia entre ambas partes, la corrupción y la maldad siguen existiendo dentro de Dorian Gray. Es por esto que, cuando él intenta destruir el retrato, acaba por destruirse a sí mismo. Es decir, una parte no puede existir sin la otra.

Obra, prefacio y consecuencia

El prefacio no causó que las críticas negativas contra El retrato de Dorian Gray cesaran. Incluso se utilizaron citas de éste y del libro mismo como evidencia en las acusaciones de indecencia en contra de Oscar Wilde durante su juicio contra el Marqués de Queensberry. Sin embargo, la obra también recibió opiniones positivas por parte del público general; y no sorprende que, en la actualidad, se considere una de las obras más importantes del autor.

Oscar Wilde en los días de su proceso. Dibujo de Henri de Toulouse-Lautrec. Fuente: Reprodart.com

Hay mucho más que se podría decir acerca del prefacio de El retrato de Dorian Gray y sobre la obra misma, por lo que invito a los lectores acercarse a este libro poniendo especial atención al prefacio y tomando en cuenta el subtexto estético de la historia. Oscar Wilde merece el prestigio que se le ha otorgado en la historia de la literatura mundial. Es un autor memorable que, adelantado a su época, no tuvo miedo de criticar una sociedad restrictiva ni de vivir su vida como él quería: a partir del arte.


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