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Donación de sangre

Mi Sangre También Cura

Sangre para todos

Una de las carencias más grandes que ha habido durante la cuarentena es la de donantes de sangre en los hospitales. Ya sea por el temor a ser contagiados del virus o porque los hospitales están saturados de pacientes, la gente no se ha acercado a donar tanto como lo hacían antes de esta situación, provocando que, tanto los pacientes de COVID-19 así como los que sufren cualquier otro problema, no puedan recuperarse tan pronto.
El proceso de donar de sangre es, además de tardado, complejo e implica varios requisitos que podrían invalidar la donación. Uno de los “factores de riesgo” para donar es ser homosexual. 

Lo que le pasó a la actriz Gabriela Albo fue que después de hacerse todas las pruebas pertinentes para donar, fue llevada a un consultorio en el cual le hicieron un cuestionario. Todo iba bien hasta que llegó la última pregunta:

– ¿Tú pareja es de tu mismo sexo?
– Sí.

Muy apenada, la doctora le dijo –en voz baja para que nadie la escuchara– que considerara cambiar su respuesta a “no”. Le contaron que a causa de la pandemia no habían recibido muchos donantes y que el banco de sangre se encontraba con reservas muy escasas, por lo que sería lamentable que una “excelente candidata” como ella, fuera “rechazada por promiscuidad”.

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Ilustración de Hanna Barczyk.

Decidió cambiar su respuesta porque sabía lo importante y necesaria que era su donación. Después de donar hizo un llamado a las instituciones, no sólo por la discriminación hacia la comunidad LGBT+ por los prejuicios que giran en torno a ésta con respecto a enfermedades de transmisión sexual, sino porque se están dando el lujo de rechazar candidatos favorables que podrían ayudar a muchas personas.

Respuestas artísticas ante la exclusión de donantes

El artista Connor Collins decidió alzar la voz al respecto.  En 2015, por medio de la pintura, Connor logró hacer un retrato de Alan Turing, el pionero de las ciencias computacionales que ayudó al ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial, utilizando viales de sangre de hombres homosexuales dedicados al campo de la medicina. La intención era retratar, literalmente con la sangre de estas personas, la incongruencia del sistema al ser capaz de darles toda su confianza cuando se trata de atender a alguien en un quirófano o un consultorio, pero no confiar lo suficiente a la hora de donar sangre. 

La decisión de poner el retrato de Turing fue porque el autor consideraba que había similitudes con sus sacrificios y la persecución que sufrió por su orientación sexual. Decía que de manera anónima, con sus acciones, salvó las vidas de millones de personas y que al donar sangre puedes salvar también a gente que ni siquiera conoces. 

La obra está hecha con barniz, pintura blanca y sangre. El proceso para realizarla constó de utilizar la sangre, barnizar, dejarla reposar unos días, utilizar más sangre y volverla a barnizar.

Pin on 100% material & art

Retrato de Alan Turig (2015), por Connor Collins.

Tanto en la pintura como con las personas a las que se les niega el derecho de donar, la sangre lo dice todo. Ya sea frente a nosotros en una pieza poco convencional o corriendo en nuestras venas, el arte encuentra la manera de utilizar y transformar el objeto de protesta en algo que es imposible dejar de ver: una pintura y una injusticia.


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