
Un Orgullo Sin Adjetivos
El 27 de junio de 2020 es el día en que se celebrará el orgullo LGBT+. Es un día que ha tenido muchas transformaciones a lo largo de los años, pues empezó como una protesta para exigir la seguridad y los derechos de una comunidad a la que se le negaban y ahora es una manifestación para que la gente que participe pueda expresar su personalidad, su orientación sexual y todo aquello que lo representa sin temor a ser juzgados.
El orgullo para mucha gente significa no tener miedo de ser ellos mismos.
Hay muchas opiniones al respecto sobre la marcha del orgullo, hay muchas etiquetas que se le adjudican a las personas por ideas que no logran cruzar el umbral del odio para convertirse en empatía. Le ponemos muchos adjetivos a todo aquello que no podemos comprender.
La historia detrás
El 28 de junio de 1969 un grupo de personas gay, lesbianas, bisexuales y transgénero provocaron un alboroto después de una redada policial en el bar gay Stone Wall en la ciudad de Nueva York. La protesta después evolucionó a una marcha que serviría como recordatorio anual de la existencia de la gente de esta comunidad en todas las ciudades, para que la relevancia de la exigencia de sus derechos no fuera olvidada. Al final se llegó a la conclusión de que este evento se llevaría a cabo todos los años en el último sábado de junio. Sin restricción alguna de edad o vestimenta. Todas las personas que quisieran participar podrían hacerlo.

Día del Orgullo LGBT+ 2019. Fotografía: Milenio Diario.
Esta tendencia que empezó en Estados Unidos poco a poco se ha ido esparciendo por los demás países, convirtiéndola en una celebración internacional en los países que no penalizan la homosexualidad. La idea es reconocer el impacto que han tenido los integrantes de la comunidad LGBT+ en la sociedad y en el mundo. Los países se bañaron con el arcoíris como muestra de solidaridad a todas estas personas que en el pasado tenían que permanecer calladas, escondiendo sus muestras de afecto y su personalidad en general. Ahora saben que el mundo les ve, ahora saben que no están solxs y que no hay ningún problema con su identidad.
Aunque muchos países se han proclamado a favor del orgullo, los derechos y la visibilidad LGBT+, muchos otros se han proclamado en contra. Ya sea porque las leyes del país prohíben la homosexualidad o que la gente no lo acepte, ser abiertamente gay puede resultar un acto que se paga con la cárcel e incluso la muerte. En Países como Irán, Arabia Saudita y Yemen se aplica la pena máxima para actos homosexuales. El amor todavía se esconde en lugares así.
Un ícono en la cultura LGBT+
Oscar Wilde, escritor que fue encarcelado por ser homosexual en la época victoriana, es visto por muchos como un ícono de la cultura LGBT+. En un fragmento de una carta escrita a su amante Lord Alfred Douglas, Wilde escribe:
“He decidido que es más nombre y hermoso permanecer aquí. No podremos estar juntos.
No quiero ser llamado desertor ni cobarde. Un nombre falso, un disfraz, una vida acosada, nada de eso me gusta, pues tú te me has mostrado en esa alta colina donde se transfiguran las cosas bellas.”
La homosexualidad y toda la gama que es la comunidad LGBT+ ha existido desde hace muchos años, pero ha sido reprimida por muchas sociedades que lo rechazan. Un ejemplo es el del parlamento británico que en 1885 proclamó la sección 11 de la ley de enmienda del derecho penal, la cual prohibía la “indecencia” entre hombres, por la cual fue enjuiciado Wilde en 1895 y condenado a dos años de trabajos forzados en prisión.

Fotografía de Oscar Wilde y Lord Alfred Douglas, 1893.
Pero tengo la esperanza de que el mundo aprenderá. Encasillar a las personas a una sola cualidad es lo mismo que despojarlos de todo aquello que los hace únicos. La raza, el origen, la identidad de género, la orientación sexual, son cualidades que pertenecen a un todo. La gente busca ser reconocida y aceptada para poder ejercer el rol que les corresponde en la sociedad que tanto los excluye y eso solo se va a lograr a partir de la reflexión y el amor.
Hoy nos toca a todos los demás dejar de lado los prejuicios, dejar de hacer comentarios al respecto de la gente simplemente porque no comprendemos quienes son, hoy nos toca dejar de etiquetarles para que su identidad no sea solo eso: un adjetivo.
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