
Arte Espejo: Detrás De La Salud Mental
El arte, desde su concepción, ha sido capaz de mostrarnos lo más profundo del subconsciente humano. La capacidad de interpretar la realidad y plasmarla de forma tangible o experimentable a partir del mundo interno de una persona, ha trascendido durante muchos años. Los museos se han encargado de resguardar el arte y de darle un orden cronológico a la creación y la evolución artística. Desde las primeras técnicas, hasta lo más moderno; pasando, incluso, por la difuminación de lo que “arte” significa.
“Las Meninas” de Diego Velázquez. Imagen obtenida de: Wikipedia.
Pero ¿qué hay detrás de estas obras de arte?, ¿qué nos dice de Van Gogh La Noche Estrellada? Podría ser un vistazo a una mente atormentada, un hombre cuyo dolor se transformó en pinceladas. ¿Qué tal Guernica de Picasso? Tormentoso paraje de escenas bélicas deformadas. ¿Dos mujeres acostadas de Toulouse Lautrec? La intimidad lésbica retratada en momentos tensos de una sociedad en contra de la homosexualidad… Todo lo que podamos deducir de obras de arte son meras interpretaciones nuestras que, a su vez, son interpretaciones de la realidad de los artistas. Sin embargo, conforme adquirimos criterio, nos es más posible desenmascarar sus realidades.
“La Noche Estrellada” de Vincent Van Gogh. Imagen obtenida de: Salir Con Arte.
“Guernica” de Pablo Picasso. Imagen obtenida de: Museo Reina Sofía.
“En la cama: el beso” de Toulouse Lautrec. Imagen obtenida de: Magnet – Xataka.
El arte ha mostrado el rostro de la depresión, la soledad, la ansiedad o la angustia; y, aún hoy en día, nos es difícil articular que se trata de aflicciones psicológicas. Durante mucho tiempo se creía que se trataba de espíritu bajo y, en algunas pocas ocasiones, problemas diagnosticables de salud mental. A pesar de eso, aquello que habita en lo más oscuro y complejo de nuestras mentes ha sido la inspiración para estos artistas, quienes han mostrado con profunda sensibilidad su sentir.
Rompiendo la quinta pared
Para hablar de la salud mental es necesario comenzar por desmitificarla. Empecemos por entender que, cuando hablamos de salud mental, nos referimos a las condiciones que enfrenta una persona con respecto a su bienestar psicológico, físico y emocional. Algunos términos que hemos escuchado frecuentemente sin conocer, en la mayoría de los casos, su profundidad, son: bipolaridad, trastorno obsesivo compulsivo, depresión o ansiedad. Muchos de ellos con verdaderas repercusiones tanto emocionales como físicas.
Imagen obtenida de: Universidad de York.
Interna de un asilo mental. Imagen obtenida de: All That’s Interesting.
El problema es que hablar de estas situaciones ha derivado en la caricaturización de estas por mucho tiempo. El concepto de “loco”, “chiflado” o “deschavetado”, carece de empatía y complica abrir la conversación sobre situaciones que verdaderamente son dañinas. Seguir perpetuando la idea de que los desórdenes mentales son salvajes e incontrolables invisibiliza situaciones que son, en realidad, comunes. No todo se trata de gritos y alucinaciones.
Contrario a lo que la gente cree, los problemas de salud mental son bastante comunes. Tan solo en México, el 14% de la población sufre de problemas relacionados con la ansiedad; y 15 de cada 100 mexicanos padece depresión. Hay un gran espectro de padecimientos mentales que van desde los más comunes, como la depresión, a los más raros, como la esquizofrenia; pero todos hemos conocido a alguien con problemas de salud mental, aun sin percatarnos de ello.
No son personas violentas, ni tampoco incapaces de ser parte de la sociedad, pero poder nombrar estas circunstancias es necesario para saber cómo relacionarnos con elles sin seguir guiándonos por prejuicios
La pandemia después de la pandemia
El encierro por la cuarentena, y el haberse contagiado de COVID-19, ha dado como resultado el desarrollar posibles secuelas para la salud mental. Una de cada 5 personas que tuvieron el virus en España han sido diagnosticadas con depresión o ansiedad. Los pensamientos suicidas se han elevado, y ha aumentado la probabilidad de tener alguno de estos padecimientos en gente con problemas económicos graves.
Imagen obtenida de: King’s College London.
Ya se veía venir que la salud mental iba a ser una de las crisis más difíciles del nuevo milenio, pero la pandemia se encargó de acelerar el proceso. Para fortuna de aquellos que nos enfrentamos a problemas como estos, cada vez hay menos estigma al respecto, pero la falta de información sigue siendo cotidiana.
Transformación en arte: un proceso doloroso
Retomando la idea del principio, muchas de las emociones que hemos visto retratadas por el arte han surgido de padecimientos mentales, solo que reconocerlos ha sido un proceso paulatino. Muchos artistas, desde pintores, escritores o músicos, han pasado por duros procesos cuyo resultado es una falta de claridad mental.
Un ejemplo fundamental es el de Vincent Van Gogh. El estereotipo del artista “loco” es muchas veces asociado con el pintor de los girasoles, mismo que se mutiló la oreja después de una pelea con Paul Gauguin. Hoy sabemos que ese acto fue producto de su propia inestabilidad mental; y retratarse a sí mismo, uno de genialidad artística. En medio del dolor, el arte fue calma.
Autorretrato de Vincent Van Gogh. Imagen obtenida de: Reprodart.
Tchaikovsky, el compositor romántico ruso, quien ha fascinado a miles de personas con el ballet El Lago de los Cisnes y El Cascanueces, padecía de una profunda depresión. En varias cartas que escribió, poco tiempo después de cumplir 30 años, habla sobre aquel dolor que lo atormentaba en su día a día.
Retrato de Tchaikovski. Imagen obtenida de: Mormosofía.
“El Cascanueces” de Tchaikovski. Imagen obtenida de: WFMT.
“En mi vida, también, hay días, horas, semanas y sí, meses, en los que todo luce oscuro, en los que me atormenta el pensamiento de que estoy abandonado, de que no le importo a nadie. Mi vida, de hecho, es de poca importancia para cualquiera. Si hoy desapareciera de la faz del planeta, no sería una gran pérdida para la música rusa, y ciertamente no causaría mayor infelicidad.”
Ernest Hemingway, famoso y reconocido escritor, también luchó con la inestabilidad emocional, resultado de una vida tormentosa, de vivir en carne propia las dos guerras mundiales, de varios desamores y del suicidio de su padre. Hemingway sufrió episodios constantes de depresión a lo largo de su vida.
Ernest Hemingway. Imagen obtenida de: Muy Historia.
Una relación interesante entre dos artistas de distintas épocas es la de Tracey Emin y Edvard Munch. A Munch lo conocemos por su obra más popular: El Grito. Sin filtros, mostró la desestabilidad emocional, la pérdida, el sufrimiento y el miedo. Sus colores vivos y su técnica hacen difícil creer que su trabajo tiene más de 100 años, pero la sutileza con la que muestra la gama de emociones por medio de formas y expresiones solo hacen más fácil el empatizar con su trabajo.
Una de sus pinturas llamada Ansiedad, que tiene muchas similitudes con El Grito, tanto estilísticamente hablando. como temáticamente, muestra a una multitud vestida de negro. El título, los rostros y la circunstancia provocan una sensación de inconformidad. Podría ser el miedo a la convivencia social o las miradas penetrantes de aquellos que te contemplan estando en medio de un grupo de personas. El sufrimiento colectivo es algo que está presente en su trabajo.
“Ansiedad” de Edvard Munch. Imagen obtenida de: Historia – Arte.
Otra de sus obras fue basada en un evento real: la muerte de su hermana por tuberculosis. ¿Terapia o solo inspiración?…
“La hija enferma” de Edvard Munch. Imagen obtenida de: Tate.
Tracey Emin presentó una exposición en conjunto con las obras de Munch. llamada: La soledad del alma. La influencia de Munch en el trabajo de Emin se relaciona con la capacidad de ambos de mostrar distintos niveles emocionales sin perder la esencia. ni la empatía, utilizando colores que resaltan realidades abruptas. El sufrimiento de las personas retratadas refleja el dolor interno del artista.
“Stay Up” de Tracey Emin. Imagen obtenida de: Tate.
“It was all too much” de Tracey Emin. Imagen obtenida de: Town And Country Magazine.
Un ejemplo actual es Bo Burnham, un comediante norteamericano, quien decidió apartarse de su trabajo por unos años para trabajar en su salud mental, ya que sufría de ataques de ansiedad a la mitad de sus funciones en vivo. Justo antes de volver a presentarse, comenzó la pandemia, obligándolo a permanecer encerrado. Aprovechó la oportunidad y creó una película en la que sublima humor, dolor y ansiedad.
“Inside” de Bo Burnham. Imagen obtenida de: IMDB.
A pesar de ser un especial de Netflix, Inside muestra la habilidad de Bo Burnham para componer música, hablar de temas complejos, mostrar vulnerabilidad y las consecuencias de los problemas de salud mental, así como crear tomas de fotografía con un alto nivel de calidad estética. A diferencia de otros artistas, aquí el humor juega un rol crucial.
Odisea 2021
Cada vez más artistas se abren a hablar sobre sus problemas porque son parte de ellos y de su día a día. Es más sencillo localizarlos y poder hacer algo al respecto. Pero, ¿qué papel juega el arte con relación a la salud mental? Para mucha gente, el arte se convierte en un proceso terapéutico. En muchos casos el arte es un proceso meditativo que ayuda a reducir el estrés, a menos que sean actores.
El acto de crear se contrapone directamente con lo auto degenerativas que son las enfermedades mentales. Sin embargo, luchar con estos problemas no es algo sencillo. Sabemos muy poco de lo que son las enfermedades mentales, de cómo se tratan y cómo ayudar a las personas a lidiar con ello. Nosotros, desde afuera, necesitamos ampliar nuestro panorama para que el estigma se termine de romper.
Healing Through Art. Imagen obtenida de: The Royal.
No es mi intención hablar de síntomas, porque no es algo que yo sepa, ni siquiera es el tema de este artículo. La intención es visibilizar las conductas que se asocian con enfermedades de este tipo para que empecemos a entender el impacto que tienen en el arte y la sociedad. Así puede llegar a ser más fácil identificar dichos problemas para que se atiendan a tiempo.
Crear conciencia de estos padecimientos de la mente nos permitirá, a la gente que los padece, y a quienes vivimos con ellas, tener una sociedad integrada en la que se puedan llevar a cabo acciones para prevenir situaciones trágicas. Muchos artistas han perdido la batalla contra la salud mental: Basquiat, Robin Williams, Ernest Hemingway, Sylvia Plath, Virginia Woolf, por nombrar solo a algunos. Muchas personas conviven con estos padecimientos a diario, e incluso gente conocida. Si crees que algo podría no estar funcionando como debería, más en estos tiempos tan complicados, acude al médico y pide ayuda para ponerlo bajo control.
Robin Williams. Imagen obtenida de: Art Net News.
Esperanza hay, tiempo también y ustedes no están solos.
La línea de la vida: 800 911 2000
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