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Malintzin: ¿La Primera Bruja De México?

Hablar de la Malinche siempre es polémico por el papel que ejerció en la conquista del territorio que se convertiría en México. Su nombre es sinónimo de traición y de toda una manera de pensar en este país. Desde la década de 1960, movimientos de feministas comenzaron a hacer una revisión de quién fue realmente la Malinche y qué papel jugó en la conquista española. A partir de entonces, se descubrió que no fue sólo la traductora que se unió a los españoles sino una mujer desechada por su familia a causa de su género, esclavizada, violada y pasada “de mano en mano” hasta ser entregada a los españoles.

Sin embargo, por muchos años y todavía hasta la fecha se le ha tachado de “vende patrias”, apodo que de entrada es anacrónico y sin sustento que se relaciona con un burdo nacionalismo.

Tenemos que tener en cuenta que por la época, los mexicas estaban peleados con los pueblos a su alrededor; y es por ello necesario profundizar en la razón de su actuar para tirar las bases de esta primera cacería de brujas en México.

La historia no ha sido justa con ella, pues como en cualquier otro país, aquellos que cuentan las versiones oficiales de la historia, omiten y cambian detalles para mostrar una conveniente cara ante el pueblo.
La historia de Malintzin, ¿maldad o inocencia?

Ilustración de Malintzin con Hernán Cortés de Autor Desconocido.

Marina-Malinche fue acusada de crímenes contra una nación inexistente, porque México no existía como un territorio en conjunto en ese entonces. Eran territorios delimitados por sus respectivas cabezas sin ser pertenecientes a un todo. De hecho, sus acciones fueron las que desembocaron en la creación de esta nación. Creo en la identidad de los pueblos originarios. El término “malinchista” me parece injusto por su origen y partidario de las intervenciones extranjeras. La connotación peyorativa de la palabra toma fuerza entre 1930 y 1940 por los periodistas de la época y hasta la fecha la podemos entender como: toda aquella persona que quiere “a los otros” y que únicamente le es servil “a los otros”.

Una vez dejando eso en claro, diré lo siguiente:

La Malinche hablaba náhuatl y popoluca porque eso se hablaba en Oluta, su pueblo natal, y en Tequiquipaque. Después aprendió maya porque fue entregada como tributo a un pueblo de habla maya. El rencor que tenía contra los mexicas es entendible: Aterrorizaban y sometían a los pueblos que estaban a su alrededor, razón por la cual los tlaxcaltecas se unieron a los españoles para defenderse.

Entonces tenemos a una joven esclava, con una gran capacidad lingüística que quería justicia con aquellos que atentaban contra la integridad de otras personas. Y no estoy hablando de los sacrificios humanos que los españoles combatieron por medio de masacres con toda la congruencia de la que eran capaces los fanáticos religiosos. No, no va por ahí.

Le guste a quien le guste, la Malinche es la verdadera madre del pueblo mexicano, no de los pueblos indígenas ni españoles. Ella parió lo que algún día sería este país. Ejercitante de la lengua, puente entre dos mundos, pariente del mestizaje.

La pérdida de las tradiciones y culturas indígenas no es culpa de ella, pues fue el chivo expiatorio sobre el cual cayó todo el peso de la historia por haber estado en el momento justo durante el tiempo oportuno. Sin juicio de valor, fue lo que fue.

Mujeres en la Historia: Malinalli, doña Marina, Malintzin, la Malinche... mucho más que la amante de Hernán Cortés - Foto

Fragmento del famoso Lienzo de Tlaxcala, donde se representa a Doña Marina junto a Hernán Cortés.

Sobre una supuesta vende patrias

“Vende patrias”. No. No me gusta esa expresión. ¡Detesto esa expresión que se le da a Doña Marina!

Por lo mismo que ya les comenté, el nacionalismo me parece fanático y carente. Tengo mi propia opinión sobre los símbolos patrios, los héroes nacionales y la manera en que la historia ha sido contada. A veces creo que utilizamos la excusa de que somos mexicanos para justificar actitudes. Presumimos a México en todos lados menos aquí mismo y utilizamos el termino “malinchista” cuando alguien hace una observación sobre las carencias de la patria.

Yo pensaría dos veces en utilizar ese termino de nuevo, tal y como sucede con la palabra naco. Tiene un origen indiscutible, deleznable, que no importa cuántos otros significados o contextos se le den, siempre estará bañado de racismo y en este caso, prejuicio.

Nosotros vendemos más nuestra “patria” con pequeñas acciones fomentando el racismo y la segregación, juzgando a los demás sin comprender su contexto, atacando sus acciones desde nuestro lugar de privilegio, acrecentando una cacería de brujas que ya es inmemorial. Somos los hijos de la chingada, la violada, la entregada. Ese es nuestro pan de cada día. ¿Vende patrias Malintzin?

Vende patrias aquellos que juzgan a una mujer y la apodan para la eternidad. Vende patrias, aquellos que siguen viendo en las mujeres puentes, objetos, pertenencias y cuya mentalidad deja cientos de muertas a la semana. Esos son los verdaderos vende patrias.

¡Qué viva la Malinche! Porque si no cambiamos nuestra mentalidad, ahí nos vamos a quedar.

¡Te invitamos a ver la serie “Hernán” que Amazon Prime tiene para ti! La manera de reivindicar a Malintzin resulta impresionante tras dotarla de la fuerza e inteligencia que caracteriza a la reina del mestizaje.


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