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La Metamorfosis De Narciso

¿Alguna vez escucharon hablar sobre el mito griego de Narciso? Trata de un joven que recibió una maldición de Afrodita. Le obligó a enamorarse de su propia imagen porque rechazo el amor de la ninfa Eco. Un día intentó besar su imagen reflejada en una fuente, al hacerlo se ahogó. El cuerpo del joven no fue encontrado jamás, pero en su lugar creció una flor a la que se le dio el nombre de narciso.

Este mito ha inspirado a muchos artistas de diferentes ramas del arte. En 1937 Salvador Dalí tomó un pincel para trazar al óleo sus formas y colores en surrealista creación:  “La metamorfosis de Narciso” (1937).

Narciso (mitología) - Wikipedia, la enciclopedia libre

“Narciso” (1599) de Caravaggio.

El mito de Narciso fue tomado por Dalí para expresar su mundo atormentado y conflictivo. Conociendo la personalidad de Salvador no es extraño que usara este mito como recurso en su obra. También Dalí publicó un poema con el título del cuadro en Éditions Surréalistes, que se debía leer durante la observación de la obra. 

Interpretaciones De La Obra

Son muchas las interpretaciones que el complejo cuadro de Dalí ha desatado. Hablemos de algunas de ellas.

En primer plano, podemos ver a un personaje a la izquierda del cuadro con la cabeza sobre su rodilla; sus contornos son imprecisos y se reflejan en el agua. Su flexión es la condena a morir. Hay una doble imagen con la transformación de Narciso que sostiene un huevo. Ahí surgirá la flor de la muerte del personaje mítico. Entre ambas figuras se observa un grupo de individuos, descritas por el pintor como los heterosexuales. 

The Metamorphosis of Narcissus - Salvador Dali | Dali paintings, Illusion paintings, Metamorphosis of narcissus

Acercamiento de “La metamorfosis de Narciso” (1937) de Salvador Dalí.

Esta multitud está formada por un hindú, un catalán, un alemán, un ruso, un americano y dos mujeres, una inglesa y la otra sueca. Los heterosexuales son pretendientes de Narciso y son metódicamente rechazados. 

En el costado derecho del cuadro, a la misma altura que el grupo de los heterosexuales, podemos apreciar otra llamativa composición. Queda resaltada, sobre un piso de cuadros blancos y negros de un tablero de ajedrez, una figura escultura humana sobre un pedestal que representa el ideal de belleza.

Dalí era un narcisista total en permanente luna de miel consigo mismo. Puede ser que la dimensión exagerada de las dos figuras centrales, en contraste a la multitud, nos hable de su afición a recibir cumplidos.

Nadie puede saber con exactitud lo que representaba; sin embargo, al indagar un poco sobre la historia personal del artista encontramos que “La Metamorfosis De Narciso” (1937) es una imagen repleta de símbolos y doble sentido. Todo esto es una especie de autorretrato. Independiente a los misterios ocultos en su arte, es considerada como la única que fusiona tres disciplinas: Grecia Antigua, el psicoanálisis y la ciencia. 

La Metamorfosis De Narciso Y Freud

Uno de los datos más interesantes de este cuadro, es que sabemos que Dalí se lo mostró personalmente a Sigmund Freud y éste quedó maravillado ante el simbolismo. Para él, existen dos estructuras de la mente que se ven impactadas por factores congénitos, eventos accidentales y traumas. En este momento hablaremos sólo de la estructura psicótica.

Tras observar “La Metamorfosis De Narciso” (1937) podríamos decir que Dalí encaja en una estructura psicótica: no demuestra culpa, es cauteloso e incapaz de reconocer sus debilidades.

Un total (LOL) narcisista: necesita atención y tiene un concepto de sí mismo distorsionado, soberbio y arrogante. 

Lo desquiciante es que su autoengaño narcisista no es una pose: nadie era más talentoso, más famoso y más perfecto. No ignoremos el carácter interpretativo del psicoanálisis, no se sabe cuánta participación de lo consciente existe en los procesos. La psicología es una ciencia, pero es una ciencia inexacta.

LA POLÍTICA DEL AVESTRUZ – Donde Ello era…

“Ilustración de Sigmund Freud” (1937) de Salvador Dalí.

¿Cómo observar “La Metamorfosis De Narciso”?

Al principio se debe mirar con  distanciamiento y cómo indicó Dalí el cuadro se debe contemplar en un estado de fijación distraída. Así es como la figura hipnóticamente inmóvil de Narciso desaparecerá progresivamente hasta ser invisible. “La Metamorfosis de Narciso” (1937) se produce en ese momento, la imagen se transforma en una mano que emerge de su reflejo sosteniendo en la punta de los dedos, un huevo.

A continuación dejo un fragmento del poema que acompañó a la obra y con esta herramienta probablemente la contemplación de la obra cambie:

Cuando la anatomía clara y divina de Narciso se inclina sobre el oscuro espejo del lago,
cuando su torso blanco doblado hacia adelante se inmoviliza, helado,
en la curva plateada e hipnótica de su deseo,
cuando pasa el tiempo en el reloj de flores de la arena de su propia carne.

Narciso se aniquila en el vértigo cósmico
en lo más profundo del cual
canta la sirena fría y dionisíaca de su propia imagen.

El cuerpo de Narciso se vacía y se pierde en el abismo de su reflejo,
como el reloj de arena al que no se le dará vuelta.

Narciso, pierdes tu cuerpo,
arrebatado y confundido por el reflejo milenario de tu desparición,
tu cuerpo herido de muerte
desciende hacia el precipicio de los topacios, a los restos amarillos del amor,
tu cuerpo blanco, engullido,
sigue la pendiente del torrente ferozmente mineral
de las negras pedrerías de perfumes acres, tu cuerpo…
hasta las embocaduras mates de la noche
en cuyo borde centellea ya
toda la platería roja
de las albas de venas rotas en los “desembarcaderos de sangre”.

Narciso, ¿comprendes?
La simetría, hipnosis divina de la geometría del espíritu, colma ya tu cabeza con ese sueño
incurable, vegetal, atávico y lento que reseca el cerebro
en la sustancia apergaminada del núcleo de tu cercana metamorfosis.

Narciso, estás tan inmóvil
que parece que duermes.
Si se tratara de Hércules, rugoso y moreno,
dirían: duerme como un tronco
en la postura de un roble hercúleo.

Pero tú, Narciso,
duermes como una flor acuática.

Se acerca el gran misterio,
va a producirse la gran metamorfosis.

Narciso, en su inmovilidad, absorto en su reflejo
con la lentitud digestiva de sus plantas carnívoras, se hace invisible.

Sólo queda de él
Cuando esa cabeza se raje,
cuando esa cabeza se agriete,
cuando esa cabeza estalle,
será la flor,
el nuevo Narciso,
Gala-mi Narciso.

 


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