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Mujeres En La Música: Una Historia De Machismo Y De Resistencia

Cuando Madonna fue nombrada Mujer del Año en los premios Billboard Women In Music 2016, y dijo: “Gracias por reconocer mi capacidad para continuar mi carrera durante estos 34 años, pese al sexismo, la misoginia flagrante, las intimidaciones constantes y el abuso implacable que he vivido”; sí que tenía razón y no hablaba solo de ella.

A lo largo de la historia, han sido muchas las mujeres que se han trazado un camino en el arte y la música, atravesando el doble de obstáculos que se le presentan a los hombres para construir una carrera artística. Así como en la vida y la sociedad, la historia de las mujeres en la música está marcada por el machismo, la misoginia y las leyes del patriarcado.

Esta no es una historia que empiece con mujeres como Madonna o Cher en la música pop.

Desde la Antigua Grecia, las mujeres y la música ha sido una combinación asociada al entretenimiento, la gracia y la seducción, pero no al poder creativo y la autonomía femenina a través del arte. 

Las hijas de los ciudadanos importantes solo podían aprender a tocar la lira, ya que era el único instrumento que se consideraba apropiado para las mujeres. Esto por su delicadeza y la relación que guardaba con acciones asociadas a lo femenino como el tejido, la poesía y la danza.

Sin embargo, mujeres como Safo de Lesbos, Telésila de Argos y Megolástrata de Esparta se abrieron paso como escritoras de poesía y compositoras de música en la Antigua Grecia. Además, fueron impulsoras de espacios formativos para mujeres en estas artes, como escuelas y coros.

Safo. – Pavlichenkvm

Safo de Lesbos. Pintura de John William Godward (1904).

Aunque las manifestaciones creativas de las mujeres en la música se remontan a la Antigüedad, el proceso de reconocimiento y registro histórico ha estado lleno de obstáculos y muchos prejuicios. Si bien hoy existen divas del pop como Beyoncé, que son dueñas de su propio imperio; o Doja Cat, que no tiene filtros para expresar sexualidad y erotismo en su música, el camino de sus antecesoras no fue fácil.

Las niñas prodigio que no pudieron brillar

En un riguroso trabajo de recuperación histórica, la biógrafa inglesa Anna Beer reconstruye la vida de ocho compositoras con el libro Armonías y suaves cantos. Entre ellas se encuentra una de las primeras compositoras de música clásica: Francesca Caccini, una autora de cantos con contenido erótico: Barbara Strozzi, y mujeres que fueron consideradas niñas prodigio como Fanny Hensel o Clara Schumann, pero se vieron opacadas por hombres a su alrededor que recibieron toda la atención.

‘La tocadora de viola’ (1630-1640), retrato de Barbara Strozzi pintado por Bernardo Strozzi. Fuente: La Vanguardia. 

“Porque hubo un tiempo en el que a las mujeres con talento se las consideraba ‘ángeles dotados’, no profesionales, y su música era obstinadamente recluida en el ámbito privado. De ahí que muchas de sus obras no hayan llegado hasta nuestros días”

Escribe la periodista Antonia Justicia al hablar del libro de Beer para La Vanguardia.

Un ejemplo de esto fue Fanny Hensel, hermana del reconocido Félix Mendelssohn. Esta compositora alemana tocaba a Bach en el piano con 13 años de edad. Y aunque su talento era equiparable al de su hermano, para su padre, Félix tenía la posibilidad de hacer una carrera en la música y Fanny solo se veía como una esposa prometedora y culta. Claramente el que tuvo todo el apoyo económico y el impulso fue Félix, y por eso es al que conocemos de los compositores Mendelssohn.

Por su parte, Clara Schumann es más conocida por su matrimonio con Robert Schumann, que por haber sido una gran pianista y compositora de varias piezas para piano y obras corales. “Hubo un tiempo en el que yo creía tener talento creativo, pero he renunciado a esa idea; una mujer no debe tener el deseo de componer: si ninguna ha podido hacerlo, ¿por qué iba a poder yo?”, escribió la artista que renunció por completo a la composición para proteger el legado de su esposo al morir.

La gran problemática que representa el patriarcado en la vida creativa de las mujeres no solo se limita a una falta de oportunidades y visibilidad, sino también a la fuerza que toma este sistema en nosotras mismas. En cómo nos hace dudar de nuestras capacidades e incluso renunciar a ellas, por creer que es imposible para nosotras.

Si Clara Schumann supiera que en el siglo XXI su música está disponible en YouTube y hay intérpretes que la tocan, tal vez sus palabras sobre su propio talento serían otras.

Y es que este ha sido otro de los grandes retos para las mujeres en la música (si no es que en todo) a lo largo de la historia: confiar en su talento. No solo por lo que significa atravesar las barreras de la autoconfianza y posicionarse en un mundo dominado por hombres, sino también porque aquellas que lo han hecho han sido tachadas como divas egocéntricas que solo quieren protagonismo.

¿Qué significa ser mujer en la industria de la música?

La sociedad siempre tiene algo que decir sobre las mujeres poderosas e independientes en la industria de la música. Si no son críticas contra su música, son contra su cuerpo. Si obtienen demasiado éxito y dinero es porque “se acostaron o se casaron con algún productor”. En las alfombras rojas de las premiaciones, las preguntas sobre sus atuendos son numerosas. En las ruedas de prensa abundan los comentarios sobre sus vidas amorosas o rutinas de ejercicio y dieta, más que sobre su música y demás proyectos.

Britney Spears ¿Qué le sucedió? - Música Desastre

Britney Spears fotografiada en una cafetería de Nueva York, después de ser perseguida por paparazzis (2006).

Es conocido el daño psicológico y emocional que los medios y la sociedad machista le hicieron a Britney Spears; el hate que le tiran a Beyoncé diciendo que su esposo Jay Z le compra los Grammys, o que aspira a la blanquitud por teñirse de rubia. Los constantes cuestionamientos a Rihanna sobre su soltería después de su relación con Chris Brown; los ataques a Tylor Swift por dejar de ser la chica country y volverse artista pop; o el reciente body shaming que le hicieron a Camila Cabello.

Cuando se trata de una mujer todo puede ser un motivo de señalamiento, mucho más si es talentosa y ha logrado posicionarse en el mundo artístico por sí misma.

La música de Barbara Strozzi, una de las primeras compositoras de la historia, fue vetada de las iglesias y algunos espacios públicos vieneses, porque eran canciones y arias con un contenido erótico sugerente. Este es otro aspecto al que se han enfrentado las mujeres en la música y en la historia: la represión de su sexualidad. Cito de nuevo el discurso de Madonna, cuando dijo en tono irónico:

“Se te permite ser bonita y linda y sexy. Pero no demuestres ser muy inteligente. No tengas una opinión o no tengas una que esté fuera de línea del status quo. Se te permite ser escrutada por los hombres y vestirte como una puta, pero no seas dueña de tu propio ‘puterío’. Y no compartas, repito, no compartas tus propias fantasías sexuales con el mundo.”

La Nación / Doja Cat presenta el primer adelanto de “Planet Her”

Doja Cat y SZA en su colaboración “Kiss me more”, incluida en el disco “Planet Her” de Doja Cat (2021). Fuente: La Nación.

Por suerte, a muchas artistas actuales este mandato les ha importado poco. A pesar de las exigencias que siempre han existido sobre las mujeres en la música, artistas de distintos géneros como Doja Cat, Dua Lipa, Miley Cyrus, Billie Eillish, Nathy Peluso o hasta la reguetonera Karol G han apostado por un cambio de narrativa y han explorado la libertad sexual, el amor propio y el poder femenino en sus canciones.

Y que no se nos olvide que antes de todas las reguetoneras que hoy existen, Ivy Queen ya había lanzado en 2002 la primera canción de reguetón que habla del consentimiento sexual: Yo quiero bailar.

Si bien, las mujeres que más han resaltado en la música son las que forman parte de la industria pop y no están exentas de sufrir violencia y presión social, es importante entender que son un grupo reducido de mujeres que tienen el foco de los medios. Son las que, por una u otra razón, han tenido la oportunidad (y también la determinación) para abrirse paso en la industria y tener un impacto masivo.

Según investigaciones de la ONU Mujeres a nivel global, la división de género en la industria de la música se encuentra en un 70% hombres y un 30% mujeres. En Estados Unidos, solo el 15% de las compañías discográficas son propiedad de mujeres. Apenas el 6% de los productores reconocidos en Canadá y un 7% del personal de ventas y desarrollo son mujeres. En Europa, las compositoras registradas suman apenas un 20%. Todavía hay un largo camino por recorrer.

Son muchísimas las mujeres cuyo talento y trabajo en la música aún tiene poca visibilidad. Desde las directoras de música clásica hasta las raperas, desde las productoras hasta las letristas o coristas, y no dejemos de lado a las pedagogas. Algo que las mujeres en la música han demostrado al mundo, como en cualquier área o movimiento, es que son ellas las que están tomando el espacio que les corresponde y ya no pedirán permiso para estar en el primer lugar de las listas discográficas.


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