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Sebastián Dávila: Espejo De La Nostalgia

“El arte significa ser humanos. Es un idioma universal.”

No es secreto: nuestro mundo sufre. Fuera de nuestras casas, ahí en las calles que conforman nuestro país y sí, al rededor del mundo, la violencia y la desgracia se han convertido en los principales antagonistas. El arte, como reflejo de la humanidad, muestra muchas veces, sin filtro, todo lo que nos lastima. Sin embargo, podemos llegar a encontrar una luz en nuestro camino que nos enseñe que puede existir la esperanza.

Como una ventana en un túnel oscuro y tormentoso, aparece el arte de Sebastián Dávila, artista plástico nacido el 20 de junio de 1995 en la Ciudad de México. Sebastián, egresado de la Licenciatura en Artes Visuales de la Universidad Anáhuac Norte, ha ido abriéndose camino en el medio artístico centrando sus intereses en la experimentación plástica. ¿Su visión? La esperanza de lograr un arte que no se queda en lo material, un arte con contexto social.

“Artificial Creativity” (2016) de Sebastián Dávila.

Desde muy joven, Sebastián Dávila encontró el amor por la pintura. Se decidió a estudiar la carrera de Artes Visuales como su primera opción. Teniendo el apoyo de sus padres, no hubo un impedimento para ser aquello que él siempre anheló.

Un joven artista, un joven docente

El arte nos llama a ser alumnos y aprender todo lo que podamos. Pero en algunas ocasiones también nos pide que seamos maestros. Escuchar a sus docentes contarle anécdotas de vida resultó ser sólo más que una conversación para Sebastián. Fue una inspiración, fue entender que sin maestros no habría futuro, no habría jóvenes atreviéndose a entregar su vida a sus pasiones. 

“Este conocimiento que me han dado no me lo puedo quedar para mí. Lo tengo que compartir con alguien más.” 

Actualmente, Dávila es maestro de tres distintos talleres en la Universidad Anáhuac Norte: Collage, Pintura Abstracta y Arte Popular Mexicano. En éstos, cuenta con la fortuna de tener alumnos de diversas carreras, algunas incluso que no tienen nada que ver con el mundo del arte, lo que lo ha maravillado al ver el sinfín de posibilidades que una mente creativa tiene al momento de traducir algo de manera artística. Como docente, enfatiza en la importancia del análisis del contexto social en el que el arte se crea, pues afirma que no podemos mostrarnos indiferentes ante un mundo carente de empatía.

“La flor más extraña del mundo” de Sebastián Dávila.

Travesías

México es un país vasto lleno de paisajes, cultura y arte en cualquiera de sus estados. Algunos de nosotros hemos vivido la mayor parte de nuestras vidas en un mismo lugar, pero si hay algo inherente de la identidad mexicana es la migración. Nuestra identidad nació con la mezcla de dos razas, nació con el desplazamiento.

La oportunidad de empezar de cero se presenta pocas veces y para Sebastián fue en forma de una pequeña gran migración. Sus abuelos y otros familiares llevaban tiempo viviendo en Mérida, y apenas Sebastián terminó la carrera, su madre y su padre se vieron motivados a emprender un viaje para darle un giro a su vida, y es que, ¿qué sería de la vida sin esas aventuras que nos inyectan dosis de adrenalina?

“Cuál es la pieza de falta” de Sebastián Dávila.

Fue así que Sebastián llegó a Mérida, un lugar repleto de detalles que se convirtió en el escenario perfecto para el artista.

Un cielo estrellado, aire limpio y húmedo, calles vacías en las noches, el mar a veinte minutos, todo influye al momento de la creación.

Van Gogh no habría podido pintar sus campos de trigo, los nenúfares de Monet no habrían sido lo que son sin su cercanía a los jardines y a su estanque en Giverny, y la exposición “Postales para un viajero desconocido” de Sebastián Dávila, me atrevo a decir que sería distinta sin esta sensibilidad obtenida por haber vivido ya en dos lugares tan distintos como lo son la CDMX y Mérida.

"Desde la ventana de mi estudio" (2021) de la exposición "Postales para un viajero desconocido" de Sebastián Dávila.

“Desde la ventana de mi estudio” (2021) de la exposición “Postales para un viajero desconocido” de Sebastián Dávila.

Exposición, “Postales para un viajero desconocido”

Las postales son un arte que poco a poco ha ido perdiendo fuerza en el mundo por culpa del internet. Antes eran una manera bella de recordar a alguien en algún lugar del mundo mandando un mensaje visual y otro escrito. Un bello gesto, una obra de arte que se entrega.

Sebastián presenta en la galería Cuarto Blanco (espacio neutral de arte) el proyecto “Postales para un viajero desconocido”. Una serie de trabajos en óleo y tinta compuesto por tarjetas postales destinadas a cualquiera que se permita mirarlas. 

Postal para un viajero desconocido I: Desde un punto incierto. (2021) de Sebastián Dávila.

Ésta, la exposición más reciente de Sebastián, nos muestra mensajes en dos lenguajes, visuales y escritos, que esperan ser encontrados por un destinatario anónimo que necesite leerle.

Los viajeros desconocidos somos todos en algún momento de nuestras vidas, buscando un objetivo, tratando de darle sentido al camino que emprendemos, navegando en nuestra propia existencia hasta llegar a donde sea que el mar nos lleve. 

Además de esta exposición, el trabajo de Sebastián Dávila ha sido expuesto en recintos importantes como el Museo Nacional de San Carlos, el MUNAL y la Galería Casa Milán en la CDMX. Pero el trabajo de Dávila ha rebasado fronteras e incluso la Tate Modern Gallery en Londres ha albergado obra fotográfica del artista, otra de sus pasiones que lo han llevado a seguir explorando el camino del autoconocimiento.

Inspiración, ritmo, creación

La inspiración es uno de los factores más influyentes en el trabajo de un artista, tan importante es que muchos tienen sus propios rituales para dejar que la creatividad fluya. Sebastián es melómano. No concibe el acto de tomar un pincel o un lápiz y ponerse a trabajar si no hay música a su al rededor.

Indie, alternativa y electrónica son algunos de los géneros que más escucha a la hora de sentarse a pintar. Le inspiran artistas como Florence and the Machine y Tokio Hotel, pero existe un género (no tan explorado por muchos) que es el predilecto de Sebastián: las bandas sonoras de cine.

“All I’ve donde has led to desert flowers” de Sebastián Dávila.

¿Y es que a quién no le mueven hasta las entrañas esas memorables melodías que aparecen en las películas? Interstellar, Joker, Midsommar y La Forma del Agua, son algunos de los scores cinematográficos que acompañan los momentos de creación del artista. ¿Pero cuál es la razón de estas piezas? La emotividad que hay detrás de cada nota y lo que éstas generan.

La música tiene el poder de hacernos conectar con nuestro mundo interior y qué mejor que aprovechar tan bello recurso para transformarlo en arte. Ambiente, emoción, sensación, esa capacidad de transformar el entorno y volverlo propicio.

“Chris” de Sebastián Dávila.

Técnica y materia

Su trabajo está en constante transformación dejando de lado los materiales comunes para crear los propios.

Si algo ha aprendido Sebastián con la experimentación de cada material y la fusión de técnicas, es que el arte no tiene que ser de una manera específica. 

A partir de la pandemia, la capacidad artística se disparó por el nuevo discurso que enfrentamos en todo el mundo. Los temas anteriores fueron cambiando y por medio de experimentos fue que Sebastián descubrió el poder del collage.

“Los años pasados” (2019) de Sebastián Dávila. 

Su proceso de creación ha sido influenciado por varios artistas y maestros que ha tenido a lo largo de su formación, maestros a los que poco a poco ha ido llamando amigos y colegas. Investigar a fondo, contemplar los trabajos de más artistas, ver entrevistas y la experimentación con diferentes técnicas y materiales, son algunas de las acciones que Sebastián realiza durante su proceso creativo. Cada una de estas cosas le es fundamental para nutrir su mundo interno como pintor.

sus cuatro pilares de inspiración son Dalí, Modigliani, Frida Kahlo y Gustav Klimt.

Asimismo, artistas como Leonora Carrington, Remedios Varo, Basquiat y el mexicano Alfredo Castañeda, han sido pieza clave en el descubrimiento de su propio estilo.

Sin embargo, hubo un artista que, digámoslo así, lo puso en “jaque” y fue todo un parteaguas en su trabajo: el pintor italiano, Giorgio Morandi. Morandi se caracterizaba por pintar cuadros muy parecidos, situación que incomodaba en un inicio a Sebastián pues no entendía cómo es que un artista podía repetirse de tal forma habiendo tantas cosas por pintar. 

Naturaleza muerta, de Morandi - Giorgio Morandi - Historia Arte (HA!)

“Naturaleza Muerta” de Giorgio Morandi. Imagen obtenida de: Historia Arte.

Pero la perspectiva de Sebastián hacia Morandi fue cambiando con el paso del tiempo. Las colecciones que tenía de objetos cotidianos en su casa le ayudaron a entender la simpleza y complejidad de la observación. Contemplar el mundo que nos rodea, prestándole completa atención a lo que miramos, es lo que nos permite entender la esencia de las cosas. Así es que el artista encuentra sensaciones, significados y vivencias a través del pincel.

“Los objetos personajes” de Sebastián Dávila.

El poder de los detalles

Para Sebastián la contemplación de lo humano es muy importante. En sus obras podemos ver transformadas en pintura, escenas que muestran incertidumbre, duda, cuestionamiento sobre lo que significa ser humanos y el propósito que tenemos en nuestra existencia. Los protagonistas de sus obras son personas sin rostro o de espaldas que nos muestran nuestro atrás, nuestro inconsciente, nuestro interior.

La nostalgia, el cambio, la posibilidad de poder rellenar ese rostro en blanco con nuestra propia cara, nos transporta a un escenario que bien podría ser nuestro.

“Había una vez un príncipe que soñaba con el mañana” de Sebastián Dávila.

El arte se vuelve propio, el espectador se convierte en el personaje principal. Al mirarnos en una obra podemos encontrarnos a nosotros mismos y entender que la vida es un viaje. Como un viaje a Ítaca, que no tiene un destino claro más que la travesía.

“Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias”.

Su trabajo es un mundo de colores que no se puede delimitar a una paleta preferida. Como grandes artistas, Sebastián utiliza los colores que van de acuerdo con la “temporada emocional” en la que se encuentre, yendo desde lo llamativo y brillante, con fondos amarillos, rosas y verdes, a paletas frías con azules, negros y cafés.

“Desde lejos” de Sebastián Dávila.

En otras palabras, se podría decir que las piezas utilizan los colores que necesitan y de esta forma, las ideas y las emociones evolucionan hasta convertirse en materia. Lo bello es encontrar las metáforas en la naturaleza de las cosas y darles vida a partir de uno mismo.

Como un hilo conductor que guía y acompaña su historia, sus trabajos muestran elementos que aparecen constantemente como mensajes dirigidos a nosotros, como guiños del artista para invitarnos a mirar en nuestro interior: Ya sea por su esencia arquetípica, estos elementos nos permiten relacionar nuestras vivencias con ellos. Los barcos representan viajes, travesías, misterios y exploración. Los peces y el agua, el cambio constante, la capacidad de fluir, nadar y seguir en movimiento. Y el gris nos enfrenta con nuestra melancolía, con los momentos que no pertenecen a ningún color.

barco,
pez,
gris.

“Diciembre” (2021) de Sebastián Dávila.

La necesidad de comunicarse y transmitir todo esto que sentimos, es lo que mueve a Sebastián Dávila para entregarse a su arte y compartirla con nosotros. Ser artista, ser un pintor no es solo una profesión, es una forma de vivir. Es poder mirar en dónde estamos parados, encontrar la esperanza escondida en la realidad, transformarla y convertirla en acción. El trabajo de Sebastián es un cálido abrazo para el viajero desconsolado. Su arte es búsqueda, es intriga, es exploración… es vida.

“Crear es casi como respirar. No cuestionas respirar, si no respiras te mueres. Es igual con esto: tienes que crear, es inherente a ti.”

Te invitamos a seguir sus redes sociales y te dejamos el enlace de la exposición “Postales para un viajero desconocido” que actualmente se exhibe en el Museo de la Ciudad Mérida. ¡Esperamos los disfrutes!

Instagram: @SebastianDavilaArt
Facebook: The Art of Sebastián Davila
Colección Arte: Sebastián Dávila 
Enlace exposición “Postales para un viajero desconocido”: https://museociudadmerida.wixsite.com/cuartoblanco/post/sebastián-dávila-1


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