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Lo Que Ha Pasado A Un Año Del Incendio De Notre Dame

Ocho científicos de restauración se pusieron cascos y botas resistentes para entrar en el ennegrecido caparazón de Notre Dame de París, la catedral más famosa del mundo. Un fuerte incendio acabó con su ático, derritió su techo y envió su gran aguja al abismo del espacio sagrado como una flecha al corazón.

Todo quedó en silencio, excepto el aleteo de los gorriones y el sonido del Río Sena. El espacio, normalmente con un olor dulce de incienso, estaba ahora acre con cenizas y humo rancio. La luz se colaba por los huecos del techo abovedado de piedra, cortando la penumbra e iluminando montones de escombros en el piso de mármol.

Sin embargo, los científicos llamados por el Ministerio de Cultura de Francia para inspeccionar el daño y planificar un rescate, sintieron alivio e incluso esperanza cuando entraron al inmueble diez días después. Algunas sillas y bancas se encontraban en filas ordenadas, pinturas invaluables colgaban sin daños. Sobre el altar, una gran cruz chapada en oro se cernía sobre La Piedad, una estatua de la Virgen María acunando el cuerpo de Jesús, hecha por Nicolas Coustou en el Siglo XVIII.

La directora del Laboratorio de Investigación de Monumentos Históricos (LIMH), Aline Magnien, considera que lo que importa no es tanto el techo y la bóveda, sino el santuario que protegen. Y bueno, tras a hacer un recuento de los daños se llega a la siguiente conclusión:

“EL CORAZÓN DE NOTRE DAME HABÍA SIDO SALVADO”.

La Pietá (La Piedad) de Nicolás Coustou en Notre Dame después del incendio.

El 15 de abril de 2019, un cortocircuito eléctrico fue la chispa probable de un incendio que amenazaba con quemar toda la catedral de 850 años de antigüedad. Siguiendo un protocolo desarrollado para tal desastre, los bomberos sabían qué obras de arte rescatar y en qué orden. Sabían mantener baja la presión del agua y evitar rociar las vidrieras para que el agua fría no rompiera el vidrio caliente.

Pero a pesar de que sus esfuerzos evitaron lo peor, la emergencia estaba lejos de terminar. No contaban conque más de 200 toneladas de plomo tóxico del techo y la aguja se liberarían intoxicando el aire. El daño amenazó el delicado equilibrio de fuerzas entre la bóveda y los contrafuertes voladores de la catedral: parte del techo se vino abajo y todo el edificio se tambaleó ante un posible colapso.

Daños estructurales ocasionados por el incendio.

Aline Magnien, es la encargada de conservar todos los monumentos de la nación junto sus 22 colegas y Notre Dame no es la excepción. El equipo de investigadores aplicó técnicas geológicas y metalúrigicas para evaluar la condición de la piedra caliza con la que están construidos los muros y el techo. También evalúan el vidrio, la pintura y el metal, otros materiales con los que está construido Notre Dame.

SU OBJETIVO: EVITAR MAYORES DAÑOS A LA CATEDRAL Y GUIAR A LOS INGENIEROS EN EL ESFUERZO NACIONAL PARA RESTAURARLA.

El presidente Emmanuel Macron prometió reabrir Notre Dame para 2024. Pero los científicos del LIMH, quienes lideran el trabajo crítico de decidir cómo rescatar materiales y volver a unir la catedral, dicen que es prácticamente imposible predecir cuándo volverá a abrirse la Catedral, pues ni siquiera a casi un año del siniestro, ellos han logrado ingresar a partes totalmente dañadas del edificio.

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Pero no todo está perdido. Los científicos, investigadores e historiadores han intentado sacar lo mejor de esta situación. La catedral, al encontrarse expuesta a la inspección por el incendio, está dando pistas sobre los misterios de su pasado medieval.  ¿Cómo es esto? Bueno, los investigadores, a partir de los materiales rescatados que ahora tienen a su alcance, han realizado investigaciones sobre la naturaleza de los mismos, es como si los restos de la catedral pidieran ser estudiados.

Un ejemplo de esto es que se ha considerado usar un radar de penetración en el suelo para mirar debajo de los cimientos de Notre Dame para encontrar los restos de iglesias anteriores que algunos estudiosos creen que se construyeron en el sitio. “En realidad no tenemos idea de lo que hay debajo”, dice Magnien, pero la actividad de la catedral en curso había descartado la posibilidad de realizar tal estudio antes.

Por su parte, Véronique Vergès-Belmin, geóloga y directora de la división de piedra de LIMH, clasificó las piedras de la catedral que cayeron durante el incendio, especialmente aquellas que se desprendieron del techo. Las piedras caídas insinúan el estado de las que aún están en su lugar, que son en gran parte inaccesibles. Los científicos no pueden arriesgarse a agregar su peso a la parte superior de la bóveda, y los escombros que caen cerca de los agujeros en el techo hacen que sea peligroso inspeccionar la estructura desde abajo. Muchas de las muestras en el laboratorio fueron recuperadas por robots.

El calor puede debilitar la piedra caliza, y conocer las temperaturas que soportan estas piedras caídas puede ayudar a los ingenieros a decidir si pueden reutilizarse. Vergès-Belmin ha descubierto que el color de las piedras puede proporcionar pistas.

  • De 300 °C a 400 °C,  los cristales de hierro que ayudan a tejer la piedra caliza comienzan a descomponerse, volviendo la superficie roja.
  • A 600 °C, el color cambia nuevamente a medida que los cristales se transforman en un óxido de hierro negro.
  • A 800 °C, la piedra caliza pierde todos sus óxidos de hierro y se convierte en cal pulverulenta.
LAS PIEDRAS O PIEZAS DE COLORES NO DEBEN DE REUTILIZARSE.

Colores y riesgo de la piedra caliza después de ser expuesta a diferentes temperaturas

Sin embargo, la evaluación del color no es una ciencia exacta, dice ella. Pero aún así, en lugar de probar mecánicamente cada uno de los cientos de miles de piedras que quedan en la catedral, el color podría ser una guía útil para determinar su fuerza.

Bautismo de fuego: consecuencias

La destrucción y derretimiento del techo y la aguja disiparon una cantidad enorme de plomo que apelmazaron la catedral y sus alrededores. Algunos científicos dicen que los residuos en aerosol del techo pudieron haber contaminado las aguas del Río Sena por siglos. Los investigadores buscarían plomo con la firma de Notre Dame en sedimentos fluviales a más de 100 kilómetros río abajo.

Se cree que el fuego comenzó en el ático y se extendió entre las maderas secas, derritiendo el techo y algunos pesados andamios preexistentes que se encontraban por las previas labores de reeconstrucción. La aguja se derrumbó y atravesó la bóveda de piedra. Los bomberos usaron baja presión de agua para preservar las obras de arte y se centraron en salvar los campanarios.

Semanas después del incendio, los ingenieros instalaron vigas de acero sobre la bóveda para que los técnicos pudieran descender con cuerdas mientras quitaban los andamios y estabilizaban la estructura. En la parte superior de la bóveda se descubrió que una capa de yeso en la parte superior de la misma estaba casi intacta y había protegido muchas piedras del fuego y de la lluvia.

Fotografía tomada el 9 de octubre del 2019 por Science Magazine. Este ángel de oro una vez se sentó encima de Notre Dame. Sobrevivió a un incendio y una caída. Los investigadores descubrieron la firma de su escultor desconocido.

Mientras que los científicos especializados en el estudio de la piedra están ocupados con fuerzas mecánicas, otro equipo se ha concentrado en el paradero del techo de plomo y la aguja. Junto con el dolor, el fuego provocó otra emoción entre los parisinos: miedo. Miedo a que el plomo vaporizado se hubiera desplazado hacia los vecindarios cercanos. De hecho, Aurélia Azéma, una metalúrgica que dirige la división de metales de LIMH y otros científicos han concluido que el fuego alcanzó su punto máximo por debajo de la temperatura de vaporización del plomo de 1700 °C. Sin embargo, la mayor parte del plomo simplemente se derritió, vertiéndose en las canaletas y goteando en estalactitas que todavía se pueden ver colgando de las bóvedas.

Scientists are leading Notre Dame's restoration—and probing ...

Más allá del daño físico

El trauma emocional dejado por el incendio es sufrido por miles de parisinos y otros habitantes del planeta. Sylvie Sagnes, etnóloga del Ministerio de Cultura y el Centro Nacional para la Investigación Científica, forma parte de un grupo que entrevistó a turistas, locales, guías, periodistas, donantes y miembros de la iglesia para analizar el efecto emocional del incendio. Ella dice que las personas pueden mostrar un poderoso apego a monumentos, parques y sitios históricos.

En el caso de Notre Dame, los fuertes sentimientos están intensificando las controversias en torno a su restauración. Uno de los principales dilemas es si reconstruirlo exactamente cómo estaba o no.

“NOTRE DAME NO ES UN MONUMENTO CUALQUIERA”, DICE SAGNES. “A UN AÑO DEL INCENDIO, LAS PERSONAS SIGUEN IMPLICADAS EMOCIONALMENTE”.

Valérie Tesnier, propietaria de un café en la calle de Notre Dame, dice que ha notado un cambio en el comportamiento de los turistas. Ahora observan solemnemente el esfuerzo de restauración antes de avanzar, generalmente sin detenerse para comer. No quieren quedarse y prolongar su dolor.

A través de siglos marcados por la guerra y la enfermedad, Notre Dame ha sido testigo de ciclos de declive y renovación antes. Todos esperamos que pronto los sentimientos de dolor y pérdida, vuelvan a ser de alegría y gratitud.

Pero para esto, las bóvedas y los contrafuertes tiene que volver a estar secos y firmes, el plomo no debe escaparse más por el aire. La piedra caliza de muros, paredes y techos debe de ser restaurada y los cimientos deben ser estabilizados.

Ciertamente, este es un período difícil emocionalmente, pero hay una unidad extraordinaria de personas que se unen no solo para salvar este monumento, sino también para aprender de él. Dice una de las arquitectas encargadas:

¡NOTRE DAME SERÁ RESTAURADA! SU OBRA DE ARTE, PIEDRA Y VIDRIERAS SE LIMPIARÁN; SERÁ MÁS LUMINOSO Y HERMOSO QUE ANTES.
NOTRE DAME SALDRÁ DE ESTA EXPERIENCIA ENRIQUECIDA.
¡Y NOSOTROS TAMBIÉN!

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