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Ocho Razones Por Las Que Sufrimos La Muerte De Artistas

El 8 de julio pasado recibí la noticia de la desaparición de una actriz que me dio seguridad para enfrentarme contra uno de mis peores miedos y que me motivó a acercarme al teatro. Naya Rivera, conocida por su papel de Santana López en la serie de FOX “Glee”, había desaparecido en un lago de California mientras nadaba con su hijo de 4 años. Cuando vi la noticia confirmada, temblé. Naya fue un salvavidas durante mi adolescencia. La sinceridad y coraje con el que representaba a Santana, una adolescente lesbiana que sufría el acoso de sus compañeros y el rechazo de su familia, fueron pieza clave para que pudiera aceptarme a mí misma.

Día a día, abría Twitter con la esperanza de ver que había sido encontrada con vida, pero la mañana del 13 de julio, seis días después de su desaparición, se dio a conocer lo peor. Desde entonces, no ha habido día en el que no la recuerde y llore su pérdida. Despierto, como y me duermo escuchando mis canciones favoritas de ella, leo fragmentos de su libro y bailo algunas de sus coreografías que aprendí desde hace años. Lloro, lloro porque no puedo creer que una mujer tan talentosa, joven y fuerte, ya no esté en este mundo.

gay stereotyping |

Naya Rivera como Santana López en la serie “Glee”.

Pero… ¿por qué se sufre tanto la muerte de una persona a la que no conocimos? ¿Estamos locos? ¿Cuáles son las razones detrás de este dolor? El día de hoy dedico este espacio para responder esa pregunta persistente que surge con demasiada frecuencia; y es que sentir emociones intensas en torno a la muerte de una celebridad es una experiencia común. Para algunas personas podría parecer absurdo, pero para otras, la tristeza puede equivaler a la muerte de cualquier otro ser querido. No hay reglas ni razones claras por las cuales sucede esto, pero aquí hay algunas cosas a tener en cuenta:

***

I. No conocemos a los artistas, pero SÍ conocemos a los artistas. Si bien es cierto que no forman parte de nuestro círculo social, son parte de nuestras vidas. Están en las series, obras y películas que amamos. Crean la música que acompaña los momentos importantes de nuestras vidas. Se convierten en nuestra voz cuando no tenemos fuerza para pelear por algo. Los hemos visto crecer y cambiar y, en algunos casos, nos familiarizamos con esos cambios.

II. Nos sentimos conectados con ellos. Estas conexiones no sólo son sobre cuánto amamos, admiramos y respetamos a estas personas, sino porque nos recuerdan a nosotros mismos. La conexión puede ser porque “estuvieron” en algún momento importante de nuestra vida o simplemente por el hecho de que son de nuestra edad o tienen algo en común con nosotros. 

“El fan lamenta no sólo la pérdida de su artista, sino otros aspectos de su vida personal
que se han vinculado con la celebridad.”

Michael Brennan, sociólogo de la Liverpool Hope University.

III.  Nos recuerdan a amigos o familiares que han muerto. Cuando murió David Bowie me la pasé escuchando durante varios días algunas de sus canciones. Aunque personalmente no me considero fan, una amiga que falleció hace unos años lo amaba. La muerte de Bowie me hizo sentirme más lejos de ella, y es que cada vez que perdemos algo relacionado con algún ser querido, recordamos el dolor de su pérdida.

Club 33RPM – Para los amantes del Vinilo | David Bowie – Aladdin Sane

Portada del álbum Aladdin Sane” (1973) de David Bowie.

IV. La manera en la que murieron. Haya sido por cáncer, suicidio, sobredosis o accidente, la forma en la que muere una persona puede detonar una gran pena, porque puede que hayamos perdido a alguien de la misma manera. O en el caso de los accidentes, porque nos resulta sorprendente darnos cuenta lo frágil que es el ser humano y lo efímero de la vida.

V.  Siempre estuvieron ahí para consolarnos. Naya Rivera utilizó su influencia para pelear por los derechos de la comunidad LGBT+. Su personaje de Santana López fue el ejemplo y la fortaleza de muchas adolescentes para aceptar su homosexualidad y para no sentirse solas. Cuando muere algún artista que nos trajo consuelo en nuestros tiempos difíciles, puede llegar a ser especialmente doloroso y puede evocar tristezas pasadas.

VI. Representa la pérdida de algo de nuestro pasado o nuestra juventud. Tras la muerte del actor Alan Rickman en 2016, conocido por su personaje de Severus Snape, una amiga publicó en su Facebook:

 “La muerte de Alan Rickman me hace sentir que mi infancia se desvanece”.

Alan Rickman como Severus Snape en Harry Potter.

Y es que esto es muy real. Cuando los artistas que marcaron a una generación mueren, la angustia por nuestro pasado y nuestro futuro, se intensifica aún más.

VII. La gente se burla de nosotros. Las personas al no validar nuestros sentimientos, nos hacen sentir peor. Recibir comentarios como: “qué exagerada”, “ya supéralo”, “ni siquiera la conocías”; nos lleva a ocultar nuestro sentir y no ser honestos con nosotros mismos. Debemos recordar que no es ilógico ni loco sentirnos así.

VIII. Saber que ya nunca veremos una nueva creación de ellos. Hay gente que puede intentar consolarte diciendo cosas como: “al menos dejó en el mundo su legado”.  Aunque esto es cierto, tener sus obras existentes no significa que no haya una profunda sensación de pérdida de que nunca crearán nada nuevo. Ya no escucharemos una nueva canción, ni leeremos un nuevo libro o poema. Ya no veremos una nueva película o una fotografía suya en nuestro feed de Instagram. Agradecemos su obra existente, mientras lamentamos la pérdida de sus futuros trabajos.

La muerte de Naya Rivera dejó en sus seguidores y seres queridos un gran vacío. Su pasión por la actuación la llevaré conmigo siempre. Comparto con ustedes dos de mis innumerables momentos favoritos de Naya en “Glee”.

Fly high, my butterfly.
Gracias por tanto, Naya.


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Elisa Queijeiro presenta EQultura, disponible en:

1 Comentario

  • Pamela Oscos
    24/07/2020

    Muy cierto todo. El arte conecta con lo mas profundo de nosotros. Por lo tanto también lo hace el artista. Y en esas profundidades es donde duele su partida. ¡Excelente artículo!

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