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Mitos Y Realidades Del Feminismo: cómo honrar lo que fue y cómo evolucionarlo

Yo creo que de pronto llegamos a conclusiones sobre tal o cual cosa sin el detenimiento o conocimientos suficientes para hacerlo. Cuando determinamos “esto es bueno o esto no”, “esto se vale o no”, en muchas ocasiones no tenemos los argumentos o sustentos para hacerlo. La verdad la mayoría de las veces nos gana lo que creemos que tal o cual cosa es, pre-juicios o ideas pre-concebidas que muchas veces vienen de lo que piensa la mayoría u se convierten en nuestro juicio de valor para juzgar una u otra cosa. Entonces entendamos primero y opinemos después.

 

Origen del término

  • Viene del francés féminisme: con la raíz latina “fémina” (mujer) y el sufijo “isme” (sistema).
  • Aparece por primera vez en un tesis médica en 1871, titulada Sobre el feminismo y el infantilismo en los tuberculosos’ (es un neologismo, es decir es una palabra nueva, inventada) por el doctor de nombre Ferdinand – Valérie Fanneau; y hace referencia a que muchos hombres enfermos de tuberculosis tenían rasgos “infantiles y feministas” como “el cabello fino, pestañas largas, piel blanca y blanda, barba escasa, genitales pequeños, mamas voluminosas”.
  • Es Alejandro Dumas (el hijo) –periodista muy activo, escritor y dramaturgo- quien retoma el término un año después pero para usarlo peyorativamente en un panfleto antifeminista: Feminismo y el hombre y la mujer (1872). Donde atacaba principalmente a los hombres que apoyaban las luchas de las ciudadanas, decía que corrían el riesgo de “feminizarse” si lo seguían haciendo.
  • En realidad es hasta finales del siglo XIX (gracias en buena medida al discurso de las sufragistas (mujeres que buscaban el voto) con la francesa Hubertine Auclert (1881), cuando el término “feminismo” evolucionó hacia un significado positivo, relacionado con la justicia social, la unión colectiva de las mujeres en defensa de sus derechos y la organización social del poder femenino.
  • Y fue adoptado en Inglaterra a partir de 1890 (feminism) en sustitución de (womanism) (“mujerismo”). En España la palabra feminismo aparece en la bibliografía en 1899, con el libro de Adolfo Posada: Feminismo. Aunque ya las mujeres habían empezado a escribir sobre las mujeres en España (como Josefa Amar y Concepción Arenal, por ejemplo) fueron obra de varones los primeros títulos conteniendo la polémica palabra, ya que en 1901 Romera Navarro sale en defensa del sexo femenino contra el sexismo del autor de La inferioridad mental de la mujer (por libros y pensamientos como este es que surge el feminismo) con el siguiente libro: Ensayo de una filosofía feminista: refutación a Moebius.
  • ¿Ahora qué pasó para que ese significado positivo hoy se haya perdido? Seamos honestos: porque la polémica del tema es real y a excepción de académicas o activistas, pocas mujeres u hombres se identifican ya con el movimiento, pero esto es más por la historia de los hechos y las formas utilizadas, que por una realidad de lo que es el concepto y la validación de su búsqueda y lucha.

Valientes antes de las feministas

  • Guillermine de Bohemia

A fines del siglo XIII, afirmaba que la redención de Cristo no había alcanzado a la mujer y que Eva aún no había sido salvada. Creó una iglesia de mujeres a la que acudían tanto mujeres del pueblo como burguesas y aristócratas.

  • La queman en 1281.
  • A su seguidora más ferviente Maifreda en 1301.
  • Considerada como “una secta” por la inquisición a comienzos del siglo XIV fue totalmente disuelta.

Christine de Pizan, La Ciudad de las Damas, escrita en 1405.

En su obra debate los comentarios misóginos de aquellos tiempos. Es considerada la primera escritora reconocida. “Escribir más allá de cartas y en lo privado era mal visto”. Sedimentó las bases para que las mujeres transitaran a ser las humanistas del Renacimiento y comenzarán las poetizas y otras escritoras. Más adelante, Simone de Beauvoir nombra a Pizan como “la primera mujer en levantar la pluma en defensa a su sexo.”

“El Feminismo es hijo no querido de la Ilustración”.  Amelia Valcárcel

Si la Ilustración hablaba de igualdad, de fraternidad y libertad –todo el pensamiento de la razón al servicio del ser humano, lejos de la tiranía de la iglesia y de las monarquías, era lógico que iba a salir a relucir el tema de las mujeres. Porque hablaba de los ciudadanos libres, pero no de las ciudadanas como iguales a ellos. Y las mujeres fueron activas en la Ilustración y en la Revolución Francesa, pero en el momento de hablar o resaltar sus derechos, fueron decapitadas:

Olympe de Gouges, reconocida escritora, dramaturga, panfletista y filósofa política francesa, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”, fue guillotinada por Robespierre en 1793 (a quien ella seguía y apoyaba) después de defender la ideología feminista ante un tribunal.

 

Las olas del feminismo

La primera ola

“Sin derechos civiles para las mujeres no hay revolución”

Finales del siglo XVIII-XIX (hay quien lo extiende hasta el siglo XX)

  • Voz y voto a la mujer.
  • Por primera vez la denuncia, la movilización y la acción es colectiva (se unen las mujeres).
  • Abarca la generación de sufragistas y de grupos en pro de los derechos de las mujeres. Comenzó alrededor de 1880 y llegó a su final en los años cuarenta del siglo XX cuando las mujeres de la mayoría de los países desarrollados ya contaban con el derecho a votar.

Qué no podían hacer las mujeres de esta época 

  • Ir a trabajar sin permiso.
  • Trabajar en lo que quieran.
  • Quedarse con el dinero de su trabajo (si trabajaban lo aportaban).
  • No podían estudiar, sino ciertas carreras o profesiones.
  • No las aceptaban en las universidades.
  • Los padres no les daban permiso.
  • Se consideraban inferiores por naturaleza y por mandato divino.
  • Decidir sobre sus hijos, ni casadas, ni separadas (estaba prohíbo divorciarse).

Logros

  • Ser parte de los censos (contar para la sociedad).
  • Votar (no todos los paises) checar la lista…
  • Poder usar pantalones.
  • Poder estudiar pero todavía de forma limitada.
  • Comienza a cuestionarse la obediencia obligada (al padre y al hombre).
  • Comenzar a trabajar (esto en un principio fue peor).

Datos fuertes y curiosos

  • El movimiento intelectual (las que comienzan todo) son las burguesas y mujeres de clase más “educada” y adinerada. A la hora de los movimientos fuertes y entrarle a “los trancazos”, éstas se hicieron para atrás y las más aguerridas fueron las obreras y las clases trabajadoras (eran las más oprimidas y no tenían más que perder).
  • Las sufragistas en Inglaterra, cuando comienzan a hacer actos públicos y de sabotajes y manifestaciones violentas (une a las mujeres sin importar sus clases sociales) por lo que son declaradas como ilegales (1913) encarceladas; pero las dejan en libertad al comenzar la Primera Guerra Mundial, porque necesitan su ayuda, para reclutar mujeres y sustituir la mano de obra durante la guerra. Su labor fue importantsísima. El voto lo consiguen terminando la guerra.

 

Segunda ola

Finales del siglo XIX-primer tercio del SXX (hasta 1990)

Son mujeres más preparadas, que comienzan a gozar de cierta libertad, y que se dan cuenta que el voto y poder trabajar no era suficiente, la desigualdad podría venir del gobierno y sociedad, pero la opresión era más íntima

Qué piden

  • Se pide educación superior, acceso a profesiones, mejora de condiciones laborales y exigen cargos de todo tipo y no solo los impuestos por estereotipos.
  • Destapar la desigualdad no-oficial y el “problema sin nombre: el patriarcado”.
  • Abordan temas como la sexualidad, la familia, el lugar de trabajo y quizá de forma más controvertida, los derechos en la reproducción.

Qué hacen

  • Escriben, publican, viajan, intercambian ideas y experiencias.
  • Escandalizan, se arriesgan, se asocian, se oponen a las autoridades.
  • Cambian su imagen: se cortan el cabello (sin permiso) y acortan sus faldas o se generalizan los pantalones.
  • Salen, practican deportes, conducen coches y aviones, frecuentan locales de esparcimiento, diversión y relación social.
  • Eran momentos en que la gente ejercía como nunca antes su libertad de expresión y de acción.

Quiénes son

Simone de Beauvoir con su libro El Segundo Sexo, Betty Friedan con La mística femenina, Kate Millet con Sexual Politics o Shulamit Firestone con La dialéctica del sexo son algunas de las autoras más representativas de esta corriente de pensamiento.

En México: Rosario Castellanos (1925-1974): “El mundo que para mi está cerrado se llama cultura. Sus habitantes, todos son hombres”, Hermelinda Galindo La mujer en el provenir, Ángeles Mastreta (1949-1971).

Otros logros que hoy gozamos

  • Ir a gimnasios mixtos.
  • Asistir a la universidad (no sólo hacer profesiones técnicas y secretariales).
  • No tener que pedir permiso para trabajar.
  • Elegir qué carrera estudiar.
  • Elegir el matrimonio, no darlo por hecho y con quién casarse.
  • Derecho al divorcio.
  • Derecho sobre los hijos durante el matrimonio, pero también después del divorcio (antes los derechos los tenían los hijos).

Posturas radicales que desvincularon a muchas mujeres del feminismo:

  • La jerarquía patriarcal la concibieron como una falta de respeto, a la que había que atacar.
  • Creían en la guerra de los géneros como la solución para salir de su opresión.
  • La violencia la atacaron con violencia y la opresión con opresión.
  • Creían en quitar un poder, para ejercer ese poder ahora ellas, pero con las mismas características.
  • Hasta intentaron establecer un matriarcado y una sociedad conformada únicamente por mujeres.
  • Aborrecían la idea de estar sexualmente subyugadas y exigían ejercer control absoluto sobre sus cuerpos, lo cual estaba muy bien, pero hubo quien propuso que todas las mujeres deberían de ser por “ideología” no por elección lesbiana.

Estas acciones crearon un arquetipo que hoy no nos permite vincularnos tan libremente con el feminismo, pero es vital revisar que fueron posturas particulares y qué es y no es feminismo.

Triunfo sería educar a nuestras hijas de otro modo, respetándoles la frescura, las emociones, el valor, las fantasías, la certidumbre de que no son distintas, ni mucho menos, inferiores a los hombres.” (Mastretta, 1987)

La mujer no nace mujer, se hace”.  (Simone de Beavoir)

La tercera ola y a dónde vamos

1990- a la fecha

Otras autoras la marcan desde finales de los 70´s (A. Varcárcel)

Las fechas no son precisas, ni los hechos concretos que hacen que se levante una tercera ola:

  • Por un lado dicen que fue por la congregación de mujeres estadounidenses buscando candidaturas.
  • Por el escrito de Rebecca Walker, la autora que utilizó por primera vez el término “tercera ola” en sus escritos al referirse al caso de Anita Hills (denuncia de acoso sexual contra un miembro del Tribunal Supremo Americano y el caso no procede).
  • Antes de esta fecha mujeres latinoamericanas, de color y provenientes de un estrato económico bajo estaban revolucionando la manera en la que podían convertirse en feministas y activistas de su propia causa, que difiere en mucho de las americanas y europeas.
  • Estas mujeres necesitan luchar primero contra la pobreza, la discriminación, la injusticia social y la marginación, al tiempo que puedan tener acceso a los sistemas de educación y seguridad social y elevar su autoestima. Estos grupos tienen que luchar contra la violencia doméstica, el abuso sexual y la extirpación de los órganos genitales.
  • Se fraccionaron en dos grandes tendencias ideológicas (aunque hay más pero principalmente):
  • Feminismo de igualdad. Se aferran más a tener cuidado en ceder lo logrado y ha fundamentar que no está dado por hecho, que se tiene que seguir fortaleciendo; y se oponen al de la diferencia porque justo defienden que la lucha ha sido para acortarla hasta eliminarla). Amelia Valcárcel, Celia Amorós.
  • Feminismo de la Diferencia. Se separan de la masculinización, pero  generalizan las bondades de la mujer dándolas por hecho “ser mujer es hermoso”. Cuando hablan de igualdad, lo es entre mujeres y los hombres, no de mujeres con los hombres. Dejan de tener como punto de referencia a los varones: valer por su diferencia con ellos. Victoria Sendon de León, Carla Lonzi.

En qué son distintas

  • Son más críticas con ellas mismas.
  • Saben que ser feminista y luchar por la igualdad no tiene nada que ver con masculinizarse.
  • Ya no es necesario luchar contra los hombres, sino con ellas mismas.
  • Al contrario, para ellas ser feminista significa ser femenina si de manera individual cada mujer quiere y al mismo tiempo, capaces de enlistarse en el ejército o en un grupo de atletismo o box.
  • Feminismo es también poder votar, participar en cualquier aspecto de la vida pública y privada, ejercer su sexualidad con total libertad, denunciar cualquier abuso sexual y violación, destruir los estereotipos de belleza y “convertir política en acción”
  • Ser iguales a los hombres, pero diferentes.
  • Luchan en pro de la igualdad mientras elogian la diversidad cultural, la heterogeneidad.
  • Adoptan nuevas áreas en las cuales participar como activistas al usar la vida ersonal para alcanzar justicia e igualdad, sin importar rasgos étnicos, políticos, sociales o económicos.

Qué piden

  • No callar, no todo está logrado.
  • Preparación, no olvidar que fue el estudio lo que permitió los cambios y prepararse permitirá a más mujeres llegar donde hay muy pocas (techos de cristal).
  • Mayor participación por cuotas ya sea en lo público y lo presionan más en lo privado, en la empresa.
  • Aumentar la presencia internacional.
  • No frenar frente a estereotipos consumados, el trabajo individual para ser un hombre o mujer feminista.

El feminismo es y será esa suma de acciones contra corriente, rebeldías y afirmaciones, que tantas mujeres han hecho y hacen sin tener nada de conciencia de ser feministas”. Amélia Valcárcel (2001)

Admiro a las mujeres que se cuidan a ellas misma, innovan su vida y su entorno y son sabias por la experiencia, por su capacidad de aprender de otras mujeres, y también por el aprendizaje ilustrado”. Marcela Lagarde, México.

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