
Una Relación De Oro: Gustav Klimt Y Egon Schiele
Gustav Klimt y Egon Schiele fueron dos titanes del arte vienés que compartieron una amistad firme y un libre albedrío artístico que escandalizó a muchos.
A primera vista, hay poco que sugiera una conexión entre Klimt y Schiele. Si bien es cierto que su relación comenzó como estudiante-mentor, con el tiempo se convertiría en una amistad que duraría hasta la muerte.
Klimt fue el sensualista que retrató a la élite de Viena en galas doradas, mientras que Schiele, casi tres décadas menor que él, fue un atormentado pintor cuyas representaciones retorcidas del cuerpo humano conmocionaron y escandalizaron al público contemporáneo. Sin embargo, los dos hombres compartieron una amistad y un aprecio mutuo de por vida, decididos a seguir sus propias visiones artísticas a cualquier precio, hasta que la pandemia de gripe española de 1918 se cobró la vida de ambos pintores, siendo una doble tragedia para Austria.
Klimt le dio la espalda a las convenciones de la pintura académica. Desilusionado con las sofocantes restricciones de la Künstlerhaus, la sociedad de artistas a la que todos los artistas vieneses se sentían obligados a pertenecer, él y otros artistas se separaron para formar el movimiento artístico conocido como la Secesión de Viena.
Su nueva actitud fue esbozada provocativamente en la obra “Nude Veritas” (1889). Una mujer desnuda sostiene el espejo de la verdad mientras la serpiente de la mentira yace muerta a sus pies. Sobre ella, en letras doradas, hay una cita del dramaturgo alemán Schiller:
“Si no puedes complacer a todos con tus obras y tu arte,
complace a unos pocos. Complacer a muchos es malo”.

“Nude Verita” (1889) de Gustav Klimt.
Ciertamente, no había peligro de complacer a muchos cuando Klimt aceptó una comisión para hacer pinturas para el techo del Aula Magna la Universidad de Viena, que claramente ignoraba su nueva dirección. La universidad quería una fiesta de iluminación y ciencia. No obstante, reaccionaron con horror cuando vieron las figuras desnudas y la cabeza somnolienta que Gustav había elegido para ilustrar a la Filosofía, así como a las otras dos figuras con las que representó a la Medicina y a la Jurisprudencia. Ochenta y siete miembros de la universidad protestaron públicamente y solicitaron al Ministerio de Educación que cancelara la comisión de pinturas de Klimt.

“Medicine” (1907) de Gustav Klimt. Pintura hecha para el Aula Magna de la Universidad de Venecia.

“Jurisprudencia” (1907) de Gustav Klimt. Pintura hecha para el Aula Magna de la Universidad de Venecia.

“Filosofía” (1907) de Gustav Klimt. Pintura hecha para el Aula Magna de la Universidad de Venecia.
La rebeldía los unió
La actitud intransigente de Klimt atrajo al joven Schiele, que buscó al artista en 1907 cuando todavía era estudiante en la Academia de Bellas Artes y encontró frustrante la disciplina académica.
En 1910, Egon Schiele de 20 años le preguntó al maestro Gustav Klimt si tenía talento y el artista respondió: “¿Talentoso? Mucho, demasiado.” Egon se aventuró e intercambió dibujos, ofreciendo varios de los suyos por un solo Klimt, a lo que éste ultimo contestaba: “¿Por qué quieres intercambiar conmigo? Dibujas mejor que yo”.
El indudable talento de Schiele atrajo a Klimt y tomó al joven bajo su protección, proporcionándole modelos e invitándolo a exponer en el Kunstchau de 1909, aunque las cuatro pinturas de Schiele, todas muy al estilo de su maestro, no tuvieron mucho impacto.
Buscando nuevos medios de expresión, Schiele recurrió a su propio cuerpo en busca de inspiración. En su primer autorretrato desnudo basado en una de las figuras femenina de “Medicina” (1907), se retrató a sí mismo como indefenso y frágil, aislado del resto de la humanidad. La delgadez extrema de su figura, las poses contorsionadas y el cabello corto, acentúan esa decadencia que intenta reflejar.
Los retratos y autorretratos de Egon Schiele exploraron exploraciones de la psique y la sexualidad de los sujetos.

“Autorretrato” (1910) de Egon Schiele.
Durante los siguientes ocho años, hasta que ambos murieron, Schiele tomó a Klimt como su guía, se basó en su logro como retratista psicológico y simbolista, y finalmente emergió como su sucesor, presentando el modernismo vienesse en un expresionismo más radical, crudo y expresivo.
Similitudes y diferencias en sus pinturas
Si bien existen diferencias notables en los trabajos finales de ambos artistas, fue inevitable que tras los once años que permanecieron juntos, no compartieran características en común. Algunas de las similitudes en el trabajo de los dos artistas son los cuerpos alargados en sus obras, mismas que llegaron a ser consideradas pornográficas. Si bien las representaciones de Schiele a menudo están retorcidas, Klimt las pintó con una estética más fluida. Otra característica que compartían es que superaron los límites de lo que se consideraría un tema aceptable: Llegaron a retratar el conflicto de la vida y la muerte, la angustia existencial y la incertidumbre de maneras poco convencionales.
El trabajo de ambos, pero especialmente el de Schiele, indignó al público por las imágenes de mujeres desnudas retorciéndose. La profundidad emocional que emana de sus pinturas está llena de dolor, tristeza y sufrimiento por su prematura orfandad, un hecho que condicionó su relación con las mujeres y el erotismo. Una cuestión polémica que rodea a Schiele fue su arresto en 1912 por haber sido descubierto de usar de modelos a chicas jóvenes.

Izquierda: “Liegende Frau mit roter Hose und Stehender Weiblicher Akt” (1917) de Egon Schiele. Derecha: “La Virgen” (1913) de Gustav Klimt.
La pandemia que los separó
El talento y las ganas de Klimt y de Schiele de seguir rompiendo con los cánones del arte, se vieron aniquilados con la llegada de la pandemia de gripe española. La muerte de Klimt en febrero de 1918 puso fin a estos sueños. Un devastado Schiele lo dibujó en su lecho de muerte. Con su maestro muerto y sus nuevas obras logrando un éxito sin precedentes, Schiele estaba a punto de convertirse en el artista más popular de Viena, pero sólo ocho meses después del fallecimiento de Klimt y tres días después de la muerte de su esposa, Egon moriría por la misma causa.
Es tentador y frustrante imaginar todo lo que pudo haber llegado a ser.

“La familia” (1918) de Egon Schiele. Último cuadro que pintó en el que se retrata con su esposa y su hijo que jamás nació.
Egon Schiele y Gustav Klimt encontraron formas diferentes de expresar conceptos similares. La mujer y la soledad del ser humano fueron sus ejes fundamentales. Klimt rodeado de un aura de provocadora sensualidad, Schiele provocador hasta el extremo. Ambos imprescindibles. El trabajo y la amistad de ambos pintores nos enseña que el arte no tiene que cumplir con expectativas convencionales, pues la experiencia estética siempre irá más allá de lo racional.
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Emma salinas
Cuando hagas una conferencia zoom sobre Klimt mándame invitación por favor.